Capítulo 19: Secretos

847 98 15
                                    

Renji Abarai 

Había estado en el hospital mucho tiempo y al principio achaqué estos ataques de excitación a las ganas que tenía de estar con Byakuya, porque aunque quería alejarme de él, una gran parte de mí no quería hacerlo, le quería demasiado, le deseaba, me habría gustado estar siempre a su lado pero su familia se empeñaba una y otra vez en amenazarme con contarle las cosas y es que... sabía que Byakuya me despreciaría en cuanto se enterase y por lo que me comentó su abuelo la última vez, sabía que estaba cerca ese momento.

Debía contárselo yo antes de que se enterase, pero me daba demasiado vergüenza y miedo al ver su reacción, más ahora que Unohana había descubierto en uno de sus chequeos que estaba embarazado y eso también me daba mucho miedo contárselo, quería encontrar el momento oportuno, porque no sabía cómo se lo tomaría, ni siquiera su mujer había sido capaz de darle un niño y tenía que ser precisamente yo, un chucho del Rukongai el que fuera a dárselo. Su familia no aceptaría esto y temía por mí y por el niño, porque eran capaces de cualquier cosa con tal de que Byakuya me dejase.

Pensé en mi situación y me desagradaba, me daba miedo porque me veía ahora mismo solo con un niño, metido en problemas hasta arriba con el club, con los hollow y con la familia Kuchiki. No sé si hacía lo correcto, llegué a pensar incluso en abortar para impedir que el club se diera cuenta pero al tocar el vientre entre mis manos, sentí como crecía ese pequeño dentro de mí y no podía hacer eso, yo no era un asesino y el niño no había hecho nada malo, tenía que tenerlo, ya lo quería incluso sin tenerle en brazos. Además, Byakuya había conseguido sacarme del club, pero aún así, yo sabía que no se rendirían tan fácilmente, vendrían a por mí, querrían verme muerto, a mí y al niño... o quizá al niño lo querrían para hacerle lo mismo que a mí, no lo sabía, pero no podía dejar que eso pasase, así que decidí callarme lo del embarazo, estaría más seguro el niño cuánta menos gente lo supiera y Unohana me hizo el favor de guardarme el secreto.

Ver a Byakuya aquel día tras el encontronazo con su abuelo, me preocupó y como siempre, él me preguntaba si estaba bien y le contesté que sí, ¿Pero qué iba a contestarle sino? Claro que no estaba bien, me acababa de enterar de que estaba embarazado y sentía una mezcla de miedo y alegría, porque sabía que era de Byakuya y tener un hijo del chico al que siempre había amado me encantaba, pero sentía miedo, demasiado miedo por ese niño y por mí, por nuestro futuro, porque no me dejarían estar al lado de mi capitán.

Me comentó que pasase de su abuelo y eso intentaba, pero sabía que mi felicidad al lado de mi capitán se iba esfumando poco a poco, todos mis secretos serían desvelados en cuestión de horas y entonces... decidí callarme, decidí esperar el momento de la tormenta, decidí pasar al menos una última noche con él antes de que mi mundo se derrumbase por completo.

Una de las cosas que menos me había imaginado, es que ahora que sabía que estaba embarazado, me apetecía muchísimo más el sexo y no quise decírselo a Byakuya miedo a que él no quisiera tener sexo por el bebé, aunque Unohana me había dicho que no afectaba para nada, que podía tener una vida normal como había hecho hasta ahora, aunque cuidase las batallas, no podía ir combatiendo por ahí, así que me recomendó tareas de oficina durante un tiempo.

Estaba excitadísimo con la idea de tener sexo con el padre de mi hijo, por la idea de saber que llevaba dentro al hijo de mi capitán, de aquel chico al que siempre veía entrenar y sometido a los estrictos entrenamientos de la familia Kuchiki, aquel chico que cuando era niño podría haberme quedado horas entero mirándole, porque me encantaba, me enamoré de él desde el primer día que entré en aquella mansión y jamás pude volver a sacarle de mi cabeza. Saber que tenía a su hijo, que había conseguido al menos estar con él un tiempo, era casi como tener mi sueño hecho realidad. Fueron los días más felices de mi vida, sólo esos días que él estaba a mí lado aunque también fueran los peores por mi trabajo en el club y mis hospitalizaciones, pero merecía la pena por estar a su lado.

Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora