Capítulo 23: Ayúdale

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Ichigo Kurosaki

Había pasado toda la mañana con Rukia cuando vinieron aquellos guardias a vigilarnos por mandato de la Sociedad de Almas, pero no era eso lo que me extrañaba sino el hecho de que nos vigilasen de Renji ¿Qué había pasado? ¿Por qué tenían que prohibirnos ver a Renji? Él era uno de mis mejores amigos y más aún de Rukia, no entendía nada. Pregunté por Byakuya lo primero pero la única contestación que recibí, es que estaba recluido en casa hasta nueva orden.

Sabía a ciencia cierta, que era su propio abuelo quien le impedía a Byakuya salir de la mansión y que éste estaba agobiado, sólo hacía que intentar escaparse aunque de su abuelo, poca gente podía escapar. No sé si yo estaba preparado para pertenecer a la noble familia Kuchiki si se comportaba así con su propio nieto. ¿Qué daño hacía que Byakuya viera a Renji? A mí no me parecía que estuviera tan mal y al parecer... al capitán tampoco, sólo su abuelo veía problemas donde nadie más los veía. La verdad es que pertenecer a la familia Kuchiki, no parecía ser siempre plato de buen gusto.

Yo odiaba que me obligasen a algo así que podía ponerme en el lugar de Byakuya, tratando de respetar los deseos de su familia pero muriéndose de ganas de salir de la reclusión de su casa, porque le tenían recluido en ella, él no quería estar allí, quería venir al mundo humano y comprobar que todo con su teniente estaba bien, pero hasta le habían programado un pequeño juicio por la desaparición de la Katana de Renji, a la que él siempre decía, que no sabía nada. Si me hubieran preguntado a mí, yo apostaría en que fue el mismo Byakuya quien sacó la katana y se la devolvió a Renji, pero no pensaba decir nada.

Le había visto hasta en el juicio intentando defender a Renji, intentando evitar que le exiliasen, intentando que un castigo podía ser bajarle el rango o cambiarle de escuadrón, pero el exilio era demasiado, claro que no le escucharon, sólo escucharon a su abuelo y ni siquiera cuando Unohana habló en defensa de Renji la escucharon, no querían oír defensas, sólo querían que se largase porque era lo que el abuelo del capitán deseaba y todos aquí parecían contentarle en todo. Supongo que para algo servía tener influencia y riqueza. Byakuya salió tan cabreado de allí, que recuerdo que no volví a verle el pelo en días aunque luego también empecé a enterarme de que su abuelo le había incomunicado a modo de castigo por deshonrar a la familia, por deshonrar el apellido Kuchiki.

Poco es lo que nos contaron acerca de lo que había ocurrido, básicamente, había llegado a mis oídos que Renji era un traidor, pero ni siquiera por Byakuya me había llegado y eso era lo más extraño, porque él seguía defendiendo a su teniente, por lo que creo... que había algo que no me estaban contando y estaba seguro de que era algún plan de la familia Kuchiki.

Cuando Ishida vino a mi casa preguntando por deberes de clase, todos los guardias le dejaron entrar y estuvieron por lo menos dos días enteros pendientes de nuestras conversaciones, hasta que al pasar los días y ver que las visitas de Ishida eran simplemente por temas escolares, bajaron la guardia un poco y consiguió hablarme de Renji, porque estaba viviendo en su casa y necesitaba ayuda urgentemente, hasta trató de que yo hablase con Byakuya pero es que ni a mí me dejaban ir a verle, últimamente ni siquiera a Rukia le permitían entrar en la mansión a verle, bueno... sí entraba en la mansión, pero no le dejaban ir a la habitación de su hermano, lo habían aislado por completo, síntoma de que ocurría algo con Byakuya que su familia no quería que saliera a la luz.

- ¿Qué ha sucedido? – le pregunté a Ishida comprobando que ya no estaban vigilando nuestra conversación.

- Está grave, se muere Ichigo – me dijo – yo no soy médico, no sé lo que tiene pero según dice Renji, le han envenenado con algo. Supuse que tu al tener una clínica podríais intentar salvarle – me comentó.

Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora