Capítulo 30: Vuelta

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Renji Abarai

Me dejaron salir del escuadrón de Mayuri sólo porque Byakuya no se fiaba de él y sus experimentos, aunque me llevaron al hospital del cuarto escuadrón junto a Unohana. Me tuvieron allí un mes para revisar que todo estaba bien, no se fiaban aún de que el veneno hubiera remetido por completo y además, había afectado a todos mis órganos, así que curarlos era un trabajo muy costoso, pero al final, aunque creían que me costaría más de dos meses recuperarme, en un mes me dejaron irme a casa.

Ya estaba recogiendo mis cosas del hospital cuando la puerta sonó y con una sonrisa sin girarme a mirar le indiqué que pasase, era Byakuya casi seguro, porque siempre venía a verme y traía a nuestro hijo. Nos costó mucho tiempo decidir un nombre para él y tuvimos varios en mente, muchos de ellos de amigos míos de la infancia, porque de mi familia conocía más bien poco, al final, acabamos optando por un nombre de la familia de Byakuya y como él no quería ponerle el nombre de su padre por lo que me había hecho, ni el de su abuelo por como se había comportado, acabamos optando por el nombre de su tío, que aunque tampoco era precisamente un santo, al menos no me había hecho nada malo a mí, así que le dejamos el nombre de Kouga.

Cuando me giré tras cerrar la cremallera de la bolsa con mis cosas, me di cuenta de que no era Byakuya, era su abuelo y aquello me tensó un poco, porque prácticamente no había vuelto a verle desde que me exiliaron. Creí que sería una conversación poco agradable, pero en cambio, lo primero que hizo fue disculparse conmigo por su comportamiento y todo aquello me extrañó, porque tampoco estaba acostumbrado a ver a un noble disculparse ante alguien del Rukongai, para ellos nosotros no éramos absolutamente nada, bichos que podían pisotear.

Me sentí mal, no porque se disculpase, sino porque creo que de verdad estaba arrepentido y Byakuya había prohibido que viera a Kouga hasta que no cambiase de actitud con nosotros, creo que iba siendo hora de perdonarle, ya había sufrido suficiente, al menos yo pensaba así, porque Byakuya pensaba bastante diferente a mí, aún quería que sufriera un poco más la ausencia y la división de la familia. Yo en aquel momento, decidí perdonarle.

Se le iluminó la cara a su abuelo cuando le perdoné, hasta llegó a sonreír y todo como si se hubiera quitado un gran peso de encima, supongo que al fin y al cabo era así. Tras él, entró Byakuya y se sorprendió de haber visto allí a su abuelo, pero entendió enseguida que estaba allí para disculparse y al final, acabó dejando a Kouga en brazos de su hermana Rukia que venía con él mientras le pedía que bajasen a tomarse algo con el niño mientras terminaba de ayudarme a mí a recoger las cosas.

Su abuelo y Rukia bajaron con Kouga tal y como les había pedido Byakuya y yo me quedé allí con él, con su mirada inquisitoria, con aquellos ojos grises tan fríos que tenía y a la vez... que tanto me gustaban. Me preguntó si estaba bien después de la sorpresa de su abuelo y le dije que sí, porque realmente estaba bien, no había venido a decirme nada malo, simplemente buscaba el perdón y creo que eso era algo bueno, quizá se estaba empezando a dar cuenta de que no podían manipular a su nieto como ellos querían, que tenían que aceptarle tal y como era, porque no iba a cambiar, él siempre querría estar conmigo, con su hijo, no podían hacer nada contra eso.

Sé que era un asunto muy serio todo lo de su abuelo, pero no pude detener la risa cuando vi en manos de Byakuya un muñeco de "el embajador de algas" ese maldito personaje que Byakuya siempre dibujaba, el que él mismo se había inventado y ahora hasta Rukia dibujaba por admiración a su hermano. Yo odiaba a ese muñeco aunque también es cierto que muchas veces lo toleré o acababa colocándolo en algún sitio para satisfacerle a él incluso cuando no estábamos juntos, ¡pero como detestaba ese maldito personaje!

- ¿Qué? – me preguntó dudando del motivo de mi risa.

- Ni se te ocurra poner eso en su cuna – le dije.

Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora