Renji Abarai
Dormí en aquel sofá toda la noche, no era para nada cómodo y era bastante frío, Grimmjow tuvo que ponerme una manta por encima cuando empecé a temblar, pero al menos, había un techo sobre nuestra cabeza aunque el aire se colase por los cristales rotos. No era un lugar ideal y menos para alguien en mi estado, pero al menos era un lugar a resguardo de la lluvia si se que llovía algún día.
Prefería estar en esta fábrica abandonada que durmiendo en un banco, aunque realmente era lo mismo, estaba abandonado como un perro al que su familia ya no quería y sólo Grimmjow pareció entender mi dolor para ayudarme. Por la mañana cuando me desperté, supe que había estado llorando, aún tenía marcas de los caminos que habían dejado mis lágrimas por las mejillas, pude verlas en uno de los cristales rotos. Me las limpié con la mano y me giré hacia el sofá donde debería estar Grimmjow, pero no estaba allí, supongo que se habría ido con los suyos o no lo sé.
Me sorprendió escuchar su voz a la espalda, pero me sorprendió aún más verle venir con una bolsa llena de bollos recién hechos. Ni siquiera sé si los había comprado o robado, de Grimmjow no me fiaba nada en estos temas, pero me daba igual, era algo caliente para mi dolorido y frío cuerpo, habría podido comerme cualquier cosa en este momento.
- ¿Qué tal has dormido? – me preguntó acercándose para tocar mi vientre con cuidado.
- Estoy bien – le dije aunque creo que por mis ojeras no se lo creyó y es que hasta él había tenido que venir a taparme con la manta al verme temblar de frío.
- Lo siento, yo tengo que volver a mi base pero buscaré otro sitio más cómodo para ti, te lo prometo.
- Grimmjow no pasa nada, ya has hecho suficiente por mí.
- No entiendo como tu capitán pudo dejar que te marchases.
- No lo hizo – le dije – intentó que me quedase pero los superiores cuando toman las decisiones nadie puede hacerles cambiar de opinión. Le agradezco el gesto porque sé que estaba enfadado conmigo y aún así trató de ayudarme, hasta sacó a Zabimaru para mí cuando no debía hacerlo.
- ¿Es de él? – me preguntó Grimmjow – El niño me refiero.
- Sí – le dije
- ¿Lo sabe?
- No le dije nada y supongo que ahora no podré decírselo, no dejarán que nadie hable conmigo, lo tendrán vigilado para impedirle poder venir a verme – le comenté.
- De verdad que los shinigamis sois muy raros – me dijo – te abandona y aún le defiendes – comentó y me cabreó.
- No me ha abandonado – le grité – fue a esa reunión a defenderme, me trajo la katana para que pudiera defenderme incumpliendo las normas...
- ¿Entonces tú le traicionaste? – me preguntó con una sonrisa
- Yo... - no supe que contestarle porque en parte era así, yo le había hecho daño a él. Byakuya sólo trató de defenderme todo este tiempo y yo había traicionado su confianza.
- Tengo que irme Renji – me dijo Grimmjow – si tardo mucho en regresar al club empezarán a sospechar que pasa algo.
- ¿Vais a matarles? – les pregunté
- No nos gustan los shinigamis, pero tranquilo, estoy seguro de que tu capitán no estará por la batalla y si lo está, creo que él o Kempachi podrían ser los únicos en este momento capaces de hacer frente a cualquier oponente.
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Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)
FanfictionRenji Abarai, fue vendido desde muy pequeño como doncel a un prostíbulo y no puede abandonar su trabajo hasta que no pague su deuda. Los más ricos de la sociedad de almas van al mundo real pagando por sus servicios hasta que llega a oídos de Byakuya...