Capítulo 20: Exilio

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Renji Abarai

Cogí el informe que me había dejado Byakuya en el suelo y lo leí para ver mi sentencia, no venía ni siquiera del Gotei, venía de su abuelo, era su firma y es que tenía claro que era capaz de hacer cualquier cosa para alejarme de su nieto. Sinceramente... había visto a mi capitán muy afectado por todo esto y lo entendía, había cometido el mayor error de mi vida con su padre, empezó siendo sólo trabajo y sé que Byakuya podía entender la situación en la que me encontraba, le hacía favores sexuales a cambio de comida, no tenía opción, pero metí la pata cuando dejé que se enamorase de mí, cuando le seduje para que me ayudase, para que quisiera casarse conmigo y poder salir de este problema, ahora Byakuya no podía hacer otra cosa que dudar de mis sentimientos, dudar de si le quería o no, dudar de que le hubiera utilizado simplemente, era lo más normal del mundo.

Amaba a Byakuya, lo había amado siempre y aún así estuve dispuesto a casarme con su padre si hubiera sido necesario con tal de escapar de ese club, con tal de salir de una miserable vida, estaba apostando una vida sin peligro a cambio de eliminar todo rastro de felicidad, porque no podría estar al lado del ser al que amaba, sería mi hijastro y estaba dispuesto a hacerlo. Cuando murió su padre, algo dentro de mí se rompió y otra parte se alegró, sabía que estaba en problemas, pero también sabía que aún tenía esperanza de encontrar el amor de verdad al lado de Byakuya y ahora lo perdía por mi error. No debí haber aceptado la propuesta de su padre, no debí haberle hecho sentir a mi capitán que sólo le estaba utilizando para conseguir mis planes de escapar de esta vida, pero ya no podía volver atrás y encima... estaba embarazado de él ¿Cómo iba a decirle eso ahora?

No podía decirle nada, quizá hasta me rechazase creyendo que me habría quedado embarazado para pillarle, para que no pudiera dejarme, porque conocía a mi capitán y sé que jamás me dejaría solo o desamparado teniendo a su hijo dentro, él jamás nos dejaría a un lado, nos cuidaría a los dos, eso lo tenía claro, pero yo no quería que él estuviera a mi lado por lástima, quería que estuviera como habíamos estado estos meses, que me quisiera, que me amase como yo le amaba a él. ¡Maldito error! Era lo único que podía pensar, ni siquiera sé como llegué a esa situación, sabía que debía haberle dicho que no, que me traería problemas con el amor de mi vida, pero jamás pensé que Byakuya llegaría un día a fijarse en un chucho mugriento del Rukongai ¿Cómo iba a saberlo? Sólo quería salir de esa vida, no quería defraudar a mi capitán y ahora... le había hecho daño. Se había enamorado de mí y yo le había traicionado en lo más hondo de su corazón, estaba dolido y aunque no lo quisiera aparentar delante de mí, sé que en la soledad de su despacho o su habitación, llegaría incluso a llorar antes de volver a aparentar ese capitán frío que era.

Lloré en silencio allí sentado en el suelo de la oficina mientras pensaba como arreglar este problema si es que tenía solución, no sabía cómo demostrarle ahora mismo a Byakuya que él no era como su padre, que a él le quería, le amaba, no era mi juguete ni era una escapatoria, era el amor de mi vida y no se me ocurría ninguna forma para demostrárselo, menos ahora que estaba tan dolido conmigo, necesitaba algo demasiado convincente para que no creyese que intentaba recuperarle por provecho personal.

Estaba pensando en todo eso cuando sentí el dolor en mi vientre y tuve que cogerlo con fuerza mientras me quejaba e intentaba respirar con tranquilidad, tenía que calmarme, necesitaba relajarme o estos nervios acabarían haciendo daño al niño y era lo que menos quería, no podía permitir que mi estado de ánimo tan nervioso le hiciera daño, pero no podía calmarme, cuanto más dolor sentía más preocupación me venía hasta que vi entrar a Unohana por la puerta y se arrodilló frente a mí al verme tan mal en el suelo.

Supongo que entró preocupada por mí tras la escena con mi capitán y se encontró con esto de lleno, pero me alegraba que hubiera entrado porque yo no podía moverme del dolor para ir a pedirle ayuda. Pidió ayuda a gritos y entraron un par de enfermeros de su escuadrón para ayudarme a subir a una de las camillas y revisarme. Creo que me dio algo para sedarme, para que me calmase un poco y el dolor poco a poco fue remitiendo.

Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora