Renji Abarai
Me dolía todo el cuerpo, ni siquiera era capaz de moverlo y sé que tenía algo en la nariz, porque aunque me costaba respirar, al menos me entraba oxígeno. Supuse que estaba en la sociedad de almas pero ni los ojos podía abrir para asegurarme de ello, todo me costaba moverlo, no tenía fuerzas y aunque las hubiera tenido... el dolor era tan intenso que no merecía la pena moverme para sufrir más.
Cuando abrí los ojos con una gran pesadez, me di cuenta de que era de día, había una intensa luz que bloqueaba mis instintos de seguir abriendo los ojos, no conseguía mantenerlos y volvía a cerrarlos inevitablemente... demasiada luz para mí. Lo intenté un par de veces hasta que conseguí abrirlos lo suficiente como para darme cuenta de donde estaba... era un laboratorio y aquello me tensó, porque yo esperaba ver la casa de Ishida o incluso un hospital, pero no un laboratorio.
La cara de Mayuri asomándose me asustó tanto... que grité intentando apartarme antes de darme cuenta de que no podía moverme, de que todo me dolía pero por suerte, alguien pareció cogerle de la nuca de su chaqueta y lanzarlo hacia atrás apartándolo de mí, porque de verdad que daba miedo ese maldito científico, siempre intentaba encontrar una oportunidad para hacer sus experimentos en nosotros.
Cuando me recuperé del susto porque creía que quería hacerme algo, me di cuenta de que era Byakuya quien lo había apartado de mí y casi empotrado contra una pared del otro lado de la habitación. Tampoco entendía que hacía allí mi capitán, ni siquiera entendía qué estaba haciendo yo aquí en esta camilla, se suponía que debía estar muerto, pero seguía aquí. Miré mis manos y por primera vez en mucho tiempo... no temblaban. Me extrañó que no lo hicieran, principalmente porque el veneno de todos esos meses había provocado ese continuo temblor ¿Es que ya no tenía veneno en el cuerpo? ¿Por eso no temblaban mis manos?
Aún las miraba cuando Byakuya se lanzó a abrazarme y de verdad que lo necesitaba, me encantaban sus abrazos, sentirme protegido. Le había echado mucho de menos, le amaba y estaba seguro que aunque estaría enfadado conmigo y mi comportamiento por lo de su padre, él también me amaba a mí.
No sé si él sería capaz de perdonarme algo así, me sentía fatal por todo lo que había hecho, no debía haber aceptado aquella proposición de su padre, le había hecho dudar de mis sentimientos a mi capitán y eso era algo que no me perdonaría yo mismo fácilmente, así que no estaba seguro de que Byakuya fuera capaz de hacerlo si ni yo mismo lo haría.
Aún así, disfruté su abrazo, por el simple hecho de que era él, le deseaba demasiado, me daba igual si luego volvía a echarme de su lado siempre y cuando pudiera tenerle un tiempo así como estaba ahora, conmigo, abrazándome con fuerza.
Cuando se separó de mí, me di cuenta de que caían lágrimas de sus ojos y que nos habían dejado solos en la habitación, supuse que para que pudiéramos hablar tranquilos y es que una de las grandes cosas que tenía en mente ahora mismo para preguntarle, era como era posible que estuviera vivo. Debería estar muerto, ese veneno debía haber acabado conmigo e incluso con mi bebé, pero no era así, aún estaba aquí... estábamos aquí, porque de hecho... estaba viendo a mi hijo en una cuna de al lado durmiendo plácidamente.
No pude evitar llorar yo también a la vez que sonreía, tenía sentimientos contradictorios, alegría, tristeza, dudas... todo estaba creándome una gran tensión en el cuerpo y creo que eso también lo notaba Byakuya, porque se acercó hasta el niño cogiéndolo en brazos con mucho cuidado de no despertarle y trayéndolo hasta mis brazos con el fin de que pudiera cogerlo.
Cuando lo hice, sonreí sin remedio, era mío... era nuestro. Tanto tiempo había pasado preocupándome de si estaría bien en mi vientre con ese veneno y ahora estaba profundamente dormido, sano y salvo en mis brazos mientras miraba al amor de mi vida frente a mí.
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Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)
FanfictionRenji Abarai, fue vendido desde muy pequeño como doncel a un prostíbulo y no puede abandonar su trabajo hasta que no pague su deuda. Los más ricos de la sociedad de almas van al mundo real pagando por sus servicios hasta que llega a oídos de Byakuya...