Capítulo 22: Calle

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Renji Abarai

Me habían tirado a la calle y no sabía dónde ir o qué hacer. Sentía como mi cuerpo trataba de oponerse a ese veneno y sólo podía coger entre mis brazos mi vientre como si eso pudiera proteger al bebé, pero no lo haría, el veneno estaba dentro de mí, afectaría a todos mis órganos incluido el niño. Ahora empezaba a darme cuenta lo que podía haberles sucedido a todos aquellos chicos que se quedaron embarazados y no volvieron al club, envenenados y tirados a la calle para que muriesen solos.

La verdad es que quitaron dos pesos de un plumazo, el niño y las desobediencias, total... podían encontrar donceles a patadas en el Rukongai, todos aceptarían trabajar para ellos por sobrevivir, tal y como hice yo, como hicieron muchos niños, pero ninguno se daba cuenta de la trampa en la que entraban.

Toqué mi nuca unos segundos porque sé que la habían tocado con anterioridad, me habían hecho daño allí, como si hubieran sacado algo que yo ni siquiera sabía que tenía y cuando llegué a uno de los parques, me miré en el agua de un estanque para ver que sangraba un poco y que habían hecho un corte en el tatuaje que ellos pusieron para buscar algo de su interior. Creo que ahora ya ni siquiera tenía sentido ese tatuaje, no pasaría nada, el dolor que me hacía sentir era por algo que metieron dentro pero ya no lo tenía.

No quise volver tampoco a la fábrica donde Grimmjow me llevó por miedo a que le hubieran sacado también esa información y realmente me preocupaba Grimmjow, no sé qué le habían hecho o dónde estaba, pero esperaba que hubiera podido escapar, es una de las cosas que más deseaba ahora. Tampoco pensé mucho tiempo en él, me preocupaba demasiado saber que me estaba muriendo, que cuánto más tiempo pasaba más se esparcía por mi cuerpo el veneno y tenía miedo de que muriéramos tanto el niño como yo, aunque sabía que era lo que me esperaba, ni siquiera había una cura y no podía ir a la Sociedad de Almas, porque seguro que Mayuri podría encontrar una solución, pero los malditos guardias que había puesto el abuelo de Byakuya lo impedirían.

Quería ver a Byakuya, contarle que estaba embarazado, pedirle ayuda, decirle que salvase a nuestro hijo por lo menos, pero su abuelo lo impedía, recluía a su nieto y me era imposible acercarme, hasta a Ichigo me era imposible, también a él le habían puesto vigilancia para impedir que las noticias llegasen a Byakuya.

No creo que mi capitán fuera tan imbécil como para dejarse manipular o controlar, estaría montando una buena a su abuelo, porque él siempre había sido muy independiente pero aún así, su abuelo tenía mucho poder e influencia, muy acostumbrado a salirse con la suya y ni el propio Byakuya era capaz de llevarle la contraria por mucha rebeldía a su familia que tuviera. Seguramente trataría de ponerse en contacto conmigo o tener noticias, pero su abuelo se las estaría ocultando todas.

Estuve llorando todo lo que pude, por el simple hecho de que me moría, de que estábamos muriendo los dos y no sabía el tiempo que me quedaba, nos moríamos en la calle, porque estuve dos días durmiendo en un banco, comiendo lo que encontraba o la caridad que daba la gente y me sorprendió demasiado cuando vi a Ishida detenerse frente a mí con cara de asombro y unas bolsas de plástico en la mano.

- ¿Renji? – Me preguntó al verme sentado en aquel banco - ¿Qué te ha pasado? – preguntó con preocupación.

- Ayúdame – le dije al ver que era el único de los que conocía que no tenía escolta vigilada por el abuelo de Byakuya.

- Ven aquí – me dijo ayudándome a levantarme y conduciéndome hacia su casa.

Me llevó a su casa y cuando abrió la puerta, me di cuenta de que la tenía terriblemente arreglada y ordenada, nada estaba fuera de lugar, era como un quisquilloso de lo perfecto, todo en su sitio. Tampoco iba a quejarme, era el único que me había ayudado en varios días, porque estar sentado en el suelo pidiendo por algo de comer mientras me moría en silencio, no era precisamente nada recomendable, era humillante tener que depender de otros y ahora lo hacía de Ishida.

Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora