Byakuya Kuchiki
No podía creerme que fuera mi propio Teniente el que estaba robándome la misión, debía haberlo supuesto pero no creí que fuera a ser él precisamente. Estaba enfadado en este momento y aún así, porque él había herido mi gran orgullo, sentía que no podía enfadarme con él, le quería demasiado y sé que lo hizo por mí, para demostrarme que debía haber contado con su ayuda.
Sabía perfectamente cómo debía sentirse cuando decidió hacer una locura como esta que se le había ocurrido. Cuando le había visto en aquel club la primera vez me quedé demasiado sorprendido y estaba tan necesitado de sentir afecto de alguien que lo pagué con él, hasta en el trabajo estábamos teniendo sexo y supongo que eso le dio a malinterpretar que lo quería como a mi puta personal y no como a alguien más del trabajo. Le había prometido que no interferiría su trabajo en el club y lo había hecho desde el primer día en su trabajo de Shinigami, eso era todo culpa mía.
Para ser sincero... tampoco me había enfadado con él, estaba un poco dolido pero no enfadado, le quería demasiado para hacer algo así, pero sí notaba que necesitaba un pequeño castigo por haber hecho esto, quería que pensase bien las cosas para la próxima vez sin que me lo tuviera que ocultar. No quería hacerle muchas cosas, simplemente lo había mandado a su habitación a descansar y su castigo era que pensase que estaba enfadado al menos esta noche para que recapacitase lo que hacía, más que nada, porque yo mismo sabía lo peligroso que podía llegar a ser meterse en estos problemas y Renji ahora mismo estaría hasta el cuello de líos que él mismo se había buscado, como lo de los hollows.
Llegué a la Sociedad de Almas y mi escuadrón ya estaba desierto a excepción de algunos vigilantes. Miré hacia la habitación de Renji, porque estaba su ventana aún abierta y era extraño, debería haber llegado ya ¿Era capaz de haberse ido a cazar más hollow en vez de hacerme caso? Era muy extraño todo esto y empecé a preocuparme un poco, quizá debería volver a buscarle.
Iba a salir ya en su búsqueda, cuando me sorprendió que viniera Ichigo con Rukia corriendo por mitad del patio de mi escuadrón. Desde luego me estaban buscando a mí, porque no había nadie más en el escuadrón y menos que ellos conocieran tan bien como para venir a hablar sobre temas de trabajo o lo que fuera. O buscaban a Renji o a mí y Renji no parecía estar aquí.
Dejé que se acercasen hasta donde yo estaba y ambos venían casi sin respiración, creo que habían estado corriendo bastante rato para encontrarme. Me asustó que llegasen de estas formas, porque eso quería decir que seguramente había pasado algo muy malo y empecé a pensar si podía ser algo de mi Teniente. No dije nada, sólo me quedé quieto esperando a que llegasen y comentasen lo que tuvieran que decirme.
- Byakuya – me llamó mi hermana – menos mal que te encontramos, tienes que venir enseguida, es Renji, está muy grave.
Aquellas palabras me hicieron salir corriendo, porque ni esperé a que me dijeran algo más, directamente imaginé que se lo llevarían al escuadrón cuarto, así que utilizando el shunpo desaparecí ante su vista de inmediato. A mí no me alcanzarían, pero ya llegarían cuando quisieran, no por nada era el más rápido utilizando esta habilidad, exceptuando Yoruichi y eso que había entrenado con ella cuando era niño.
Llegué a las puertas del cuarto escuadrón y como pasaba en el mío, a estas horas no había nadie por los patios de armas aunque sí había una luz encendida en el primer piso, supuse que el de la enfermería, porque ellos siempre la mantenían abierta veinticuatros horas por si sucedía algo, como en el caso de Renji y es que no podía dejar de pensar, que últimamente Renji casi no salía de allí y me sentía en la obligación de hacer algo, de ayudarle aunque fuera un mínimo aunque aún no sabía cómo ayudarle.
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Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)
FanfictionRenji Abarai, fue vendido desde muy pequeño como doncel a un prostíbulo y no puede abandonar su trabajo hasta que no pague su deuda. Los más ricos de la sociedad de almas van al mundo real pagando por sus servicios hasta que llega a oídos de Byakuya...