Capítulo 4: Informes

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Byakuya Kuchiki

No sabía que pensar de mi teniente ahora, sé que había dicho que no afectaría esto a mi trabajo, pero enterarme de que era... prostituto, no sé, me había afectado, más después de haberlo hecho con él dos veces ya. Una de las cosas que odiaba... que cogiera clientes que no fuera yo, le quería en exclusivo, pero el jefe del club dijo que eso era imposible, así que lo único que me ofreció, fue darme acceso a él cuando yo quisiera y donde yo quisiera siempre que pagase, así que acepté.

Supongo que era mejor tener prioridad a no tenerla, pero me habría gustado tener prioridad y exclusividad, ¡no se podía tener todo! Y lo peor... es que casi todos los ricos de la sociedad de almas, gente a la que yo conocía muy bien, solían hablar de ese pelirrojo al que se follaban por las noches en el club ¡me ponía algo celoso! Porque no quería que lo tuvieran los demás, quería que fuera mío, era mi teniente.

Me estaba costando esto de separar el trabajo del placer, aquí en la oficina, no me atrevía ni a mirarle, porque después de haberle probado, quería estar con él a todas horas. No sentía nada por él la verdad... pero me daba tanto placer que en cuanto le veía entrar, mis neuronas pasaban del cerebro a otra parte, sólo quería entrar en él. Era un maldito vicio.

Lo único que no entendía, es por qué mi teniente estaba en ese lugar todas las noches, por qué se prostituía. Al jefe no le pregunté porque sé que no me contestaría y Renji... él jamás me lo contaría, ya dijo que no me metiera en sus asuntos, yo solo era su capitán en la oficina y él mi puta de noche. Esperaba que nadie aquí se enterase de esto.

Se supone que yo era Byakuya Kuchiki, el capitán más serio de todo el Seireitei. Yo no había vuelto a mostrar sentimiento alguno desde que falleció mi esposa, ni siquiera se lo mostraba a Rukia y eso que era mi hermana ¡la de mi mujer! Ya hasta me confundía. Enserio... se reirían mucho de mí si supieran que me estaba acostando con mi teniente, porque sé que algunos capitanes lo hacían, pero nadie sospecharía de mí y menos... con Renji, un chico.

Y saber encima que todo empezó porque una noche estaba demasiado necesitado... escuché hablar a un gran amigo de ese club y pensé... ¿Quién me conocerá en el mundo humano? Nadie, así que fui ¡maldito día en que vi a Renji trabajando allí! Encima mi teniente y lo peor... es que quería hacerlo con un chico para no ver a mi mujer, porque las veces que había intentado hacerlo con alguna chica, no podía concentrarme, no podía hacerle esto a mi mujer, así que pensé que si era un chico, no habría problema, no podría compararle, no pensé que me gustaría la forma en que gemía Renji, que me gustaría su sumisión aunque le pagaba por ella, no esperé que me gustase metérsela hasta el fondo mientras gritaba mi nombre ¿qué diablos me pasaba?

No me concentraba en el trabajo, me traían informes y más informes sobre ataques de hollow y estaba harto, ¿todo el maldito escuadrón se había puesto de acuerdo a salir a cazar hollow o qué? La puerta sonó y suspiré... ¡más informes! Di permiso para entrar y me sorprendió ver a Renji traer papeleo resuelto, menos mal que me ayudaba con esto, porque no sé si podía con tanto informe.

- Déjalo ahí Renji – le dije señalándole una de las mesas laterales mientras evitaba mirarle

- De acuerdo Taicho – me dijo y ¡uffff como me excitaba que me llamase Taicho!

Renji quiso irse con rapidez, dejó los informes y caminó hacia la puerta de salida cuando le volví a detener con la voz.

- Renji... ¿Qué pasa con tanto informe? – le pregunté - ¿Han salido todo el escuadrón de caza o qué?

- Se han incrementado los crímenes – me dijo Renji – todos los escuadrones han salido de cacería, desde que Aizen se fue es como... si hubiera el doble de hollow merodeando por ahí.

Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora