No puede ir peor...

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Suena el despertador, son las 7 de la mañana. Como cada día, elijo ropa del armario y me voy a la ducha.

Minutos después, voy a la cocina y me preparo un café, hoy mi padre renuncia a su puesto de trabajo... espero que el nuevo jefe esté a la altura de mi padre... Suena el teléfono y eso hace que salga de mis pensamientos. Lo cojo, es papá, que oportuno.

-Papá -Dije al descolgar el teléfono-.

-Maria, acuérdate de coger la carpeta azul que te di ayer -Dice mi padre serio- es muy importante.

-Sí papá, no te preocupes -Dije buscando la carpeta por el comedor- una pregunta, ¿en la reunión de hoy, estará presente el nuevo jefe? -Pregunté con curiosidad-.

-En teoría tendría que estar, pero no consigo comunicarme con él -Dice preocupado-.

-No te preocupes, cuando llegue a la oficina hablamos.

-Acuérdate de la carpeta azul Maria -Dice recordándomelo-.

-Sí papá.

Colgué el teléfono y empecé a buscar la carpeta, no me acuerdo donde la dejé, vine tan cansada ayer que la debí dejar por cualquier lugar.

Tras buscar en todos los cajones, por fin la encontré. Estaba encima de la cama recubierta por una manta. Si no la llego a encontrar mi padre me mata.

Miro el reloj, son las 8:10. Llego con tiempo a la oficina. Cojo la carpeta y el bolso y me dirijo hacia mi coche.

Entro en el coche y lo intento arrancar pero no arranca, lo vuelvo a intentar y tampoco. Envuelta en la desesperación decido ir andando, está un poco lejos, se tarda unos 45 minutos andando, más tarde llevaré el coche a reparar.

Salgo del coche y me pongo de camino a la oficina.

Después de un gran trayecto andando, por fin llego. Cojo el ascensor y recibo un mensaje de Ana, la secretaria de mi padre.

Maria, la reunión empieza en 10 minutos, tu padre está preocupado.

Miro el reloj y son las 8:50, la reunión empieza a las 9, con suerte llegaré a tiempo.

Se abren las puertas del ascensor y un joven alto y opuesto me empuja por detrás haciendo que la carpeta se caiga al suelo y se desparramen los papeles.

-¡Ves con más cuidado! -Dije enfadada recogiendo los papeles del suelo-

-¡Perdón! Es que tengo un poco de prisa -Dijo mientras me ayudaba a recoger todo-

-Gracias -Dije mientras clavo mis ojos en sus ojos azules- Bonitos ojos por cierto -Dije sonrojada-

-Gracias, lo mismo podría decir se su preciosa sonrisa -Dijo sonriendo, eso hizo que me pusiera más roja-

Recojo la carpeta y pulso al botón de la planta 16. Él no pulsó ningún botón, supongo que irá a la misma planta que yo.

En el ascensor había un silencio incómodo, hasta que lo rompió.

-Así que te gustan mis ojos...-Dijo con indirecta-

-Son preciosos... -Le miré otra vez a los ojos causando que el me mire los míos-

La puerta del ascensor se abre, miro el reloj y eran las 9, mi padre me mata, tengo que llegar cuanto antes mejor. Me despido del joven y voy corriendo hacia la sala de reuniones cuando una de las secretarias se tropieza y se le cae la bebida encima de mi vestido.

-¡Lo sieeentoo! -Grito la chica mientras intentaba quitar la mancha-

-No me lo puedo creer... Hágame un favor, vaya a la reunión de las 9 y entregue esta carpeta, mientras iré a cambiarme -La chica asintió con la cabeza, cogió la carpeta y se dirigió a la reunión-

Suerte que tengo ropa de recambio aquí, siempre lo tengo por casos como estos. Voy a mi oficina y cojo una falda negra con una camisa blanca. Me cambio de ropa y me hago una coleta simple baja.
Me dirijo hacia la reunión lo más rápido que puedo.

-Le están esperando señorita Maria -Dice Anna-

-Lo sé, perdón! -Dije cogiéndole unos papeles que había encima de la mesita-

Entro en la sala de reuniones, mi padre me lanza una mirada de furia, llego 15 minutos tarde. En la reunión esta mi padre, tres administrativos y el joven que me encontré en el ascensor. Al verme me guiña el ojo, eso hace que me sonroje.

-Lo siento por hacerles esperar -Dije mientras tomaba asiento-.

-Bueno, ya que estamos todos, empecemos- Dijo papá serio y furioso-

Algo más que mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora