Pasaste el límite

Capítulo 6. Un fuerte golpe.

Retiré su brazo ignorándolo por completo, como si no me importara de que estaba allí, y le seguí escribiendo a Sharon, ni siquiera giré a mirarlo. Volvió a rodear mi cuello haciendo que ruede los ojos y mordí mi labio inferior conteniendo soltar un bufido. Terminé de escribir e inesperadamente, para él, clavé mi dedo índice en su vientre, lo cual hizo que retire su brazo rápidamente. Giré sobre mis talones para entrar a la cafetería, pero me detuvo tomando mi antebrazo.

—Auch —sobó la parte lastimada—. ¿Por qué hiciste eso?

—¿Qué quieres Aaron? —giré a mirarlo y me crucé de brazos.

—Responder con una pregunta a otra es de mala educación —Aaron chasqueó la lengua, lo miré mal y siguió hablando—. Pensé que querías verme preciosa —sonrió coquetamente provocando que pusiera los ojos en blanco, ¿ese era mi nuevo apodo ahora? —. Oye, parece que tienes un tic en los ojos, siempre los rueda o los pones en blanco.

Este chico comenzaba a molestarme, resoplé molesta y volví a darme vuelta, pero Aaron volvió a agarrarme del brazo.

—Ya —bufé, su presencia y su actitud no me ponía de buen humor que digamos—. ¿Qué quieres? —fruncí el ceño esperando su respuesta

—El número de tu habitación —sonrío con picardía, lo miré con rareza—. Está bien, mañana te mostraré — iba a reprochar, pero me interrumpió colocando su dedo índice frente a mis ojos para que le dejara seguir hablando—. No acepto un "no" como respuesta, mañana a la mañana, y respecto a tu habitación, ya sé cual es —dio media vuelta y entró a la cafetería sin esperar ninguna respuesta de mi parte.

Quedé con el ceño fruncido, pero luego sacudí la cabeza y entré a la cafetería. De inmediato busqué a Katherine con la mirada, ya que me había dicho que la buscara. La encontré sentada con un grupo de personas y, antes de acercarme, agarré una bandeja cargándola con comida. Me dirigí a su mesa y, en trayecto, Katherine pareció darse cuenta de esto, ya que comenzó a hacerme señas. Y al llegar, hizo que me sentara a su lado.

—Chicos, ella es Dakota, Dakota él es mi novio, Connor —señaló a un pelinegro, con quien, en silencio, estreché manos con actitud amable—. Ella es Lily —señaló a una chica rubio, en realidad, teñida. Me sonrió amable, hice lo mismo y estrechamos manos también—. Falta Camille, pero no vino todavía —miro a su alrededor con confusión.

—Oh, bueno, luego la conoceré —sonreí.

—No lo creo —dijo Lily entrecerrando sus ojos concentrada en algo fuera de la mesa. Lo dijo tan segura que la miré con confusión.

Seguí su mirada, estaba mirando a la mesa en la que se encontraban los populares, según lo que me había dicho Katherine, ahí se encontraba Aaron. Frente a él, se encontraba una castaña, quien era demasiado obvia tratando de llamar la atención de los chicos de esa mesa, pero parecía no conseguirlo. Así que la vi suspirar y apoyar la cabeza en sus manos.

—Dakota, ¿recuerdas que te conté sobre los "populares"? —hizo comillas con los dedos al decir la última palabra. Asentí—. Pues mira, allí está la mesa. Esos son Aaron Jones, Adam Roberts y Edward Collins, en realidad no sé por qué son populares... Y los demás son del equipo de fútbol, ellos no —ella iba a seguir hablando pero Lily la interrumpió.

—¿En serio no sabes por qué son populares? —interrogó Lily levantando una ceja con diversión provocando que Katherine la mirara mal.

—Como sea, cállate Lily —Lily río llevando su espalda hasta el respaldo de la silla—. Oh, mira, esa chica que está tratando de llamar la atención de todos los chicos ahí y no lo logra es Camille —refunfuñó al decir su nombre—. Hace unos días se enojó con nosotras y allí está —la señaló con sarcasmo.