Pasaste el límite

Capítulo 25. La Semana Anterior.

Estaba acostada en la cama de Amber, como siempre, observando el techo sin nada productivo que hacer.

De repente, esbocé una sonrisa al recordar todo lo que había pasado la semana anterior. Al parecer, a Aaron le había costado mucho mantener la boca cerrada durante mucho tiempo -nótese el sarcasmo-.

Habían pasado una semana y unos días, y prácticamente todo el instituto estaba enterado.

« —¡Eso es! Felicidades, Dakota —gritó Edward con una sonrisa desde su mesa, la cual estaba casi en la otra punta de la de cafetería, bastante alejado de nuestra mesa.

Llamando la atención de la mayoría de la gente en la cafetería, -como siempre- levantó sus pulgares.

Lo miré fruciendo el ceño, confundida e incómoda por tanta gente poniendo atención en Edward y en mí. Realmente no entendía de qué estaba hablando.

Edward rió y abrió la boca para decir algo más pero Aaron lo interrumpió.

—Creo que ya has dicho suficiente Edward —Aaron tapó la boca de Edward y lo obligó a sentarse

en su asiento de nuevo.

Miré a los que estaban sentados en mi mesa: Katherine, Lily, y Connor, los cuales me miraron curiosos y me encogí de hombros, todavía confundida. Volví a mirar hacia su mesa, Aaron le hablaba a Edward, seguramente lo estaba regañando, mientras le daba un golpe en el brazo. Observé a Adam que pasaba detrás de ellos rápidamente, aprovechando la distracción de ambos; pero antes de que Aaron pudiera darse cuenta y detenerlo, Adam ya se encontraba caminando hacia mí mirando a Aaron con una sonrisa burlona.

—¡Dakota! —exclamó ya frente a mí, apurado al ver que Aaron venía hacia nosotros. Volví a fruncir el ceño— ¡Felicidades! Ya sé lo que hay entre... —antes de que pudiera terminar la frase me di cuenta de qué trataba de decir y abrí los ojos al tope.

—¡Sh, Adam! —lo interrumpí y me levanté para taparle la boca con una mano haciendo que él ría.

Luego, apareció Aaron detrás de él y le dio un golpe en la nuca, entonces retiré mi mano y Adam soltó un quejido.

Por cómo había sonado eso, juraba que me dolió hasta a mí.

—Eres igual de idiota que Edward —se quejó Aaron.

—No es mi culpa, es que ya es hora de que el mundo se entere —sonrió Edward llegando al lado de Aaron.

Le lancé una mirada acusadora a mi novio, a lo que respondió dedicándome una pequeña sonrisa de inocencia y giró a ver a Edward con los ojos entrecerrados.

Valía aclarar el hecho de que por un momento olvidé que no estábamos solos.

Habían un montón de pares de ojos sobre nosotros, además de las tres personas sentadas en mi misma mesa. Y sí, si aquellos tres chicos llamaban siempre la atención de todos, gritando o no, donde estuvieran.

—Si dices algo más, te golpearé más fuerte —amenazó Aaron. Edward miró cómplice a Adam, quien inhaló mucho aire.

—¡Aaron y Dakota son novios! —exclamó Adam ganándose una mala mirada de parte de Aaron para después correr fuera de la cafetería junto a Edward mientras Aaron los perseguía.

Pasé mi mano por la cara, negando con la cabeza y solté un suspiro para después correr detrás de los tres que habían salido corriendo de la cafetería.