Capítulo 8. En Compañía.

27.7K 1.6K 247
                                    

Viernes en la noche.

Miraba el techo con atención, pensando.

Trataba de dormir, pero simplemente no podía. Mis ojos se mantenían abiertos en la oscuridad plena, solo para dedicarse a mirar el techo.

Todo estaba en silencio, lo único que se escuchaba era el ruido del viento y de las ramas junto a las hojas golpeando la ventana, como una película de terror. Esta vez, en la habitación solo se encontraba Katherine, y Amber... No sabía donde se encontraba, pero tenía una idea de donde.

Cambiando el tema sobre lo que había pasado hace dos días, a la mañana... Aaron solo amenazó a Will, lo que hizo que me soltara. En realidad, Will solo se estaba burlando de Aaron, pero cuando lo vio bien me soltó.

Claro, ¿quién se metía con los populares allí? Eso suponía.

Ese instituto era un cliché de película, me gustaba, mientras no se metieran conmigo.

Tampoco esperaba mucho, ni que esperara una pelea por mí. Además, estaba más que claro que no iba a pasar. En los cuatro días que había pasado allí, lo único que logré fue llamar la atención gracias a que Aaron estaba a mi lado la mayoría del tiempo, me perseguía.

Esos cuatro días fueron intensos, quería decir, me cambié de escuela drásticamente, me encontré con Aaron a quien no quería ver, luego golpeé mi nariz con un árbol y por último me enteré que mi ex novio iba a ese instituto.

Las cosas iban de mal en peor.

Mis pensamientos fueron interrumpidos devolviéndome a la realidad al escuchar pasos y voces provenientes del pasillo. Fruncí el ceño pensando si debía o no ir a ver quién era. Pues que no podía dormir era una buena excusa para hacerlo.

Además, sería sumamente extraño escuchar un ruido en el pasillo y salir a ver quién es, ¿quién estaba era tan raro de hacer eso?

Pues yo estaba aburrida, y era la oportunidad perfecta para no estarlo.

Bajé de la cama mientras escuchaba los pasos y las voces, que pude distinguir que claramente eran voces de chicos, cada vez las voces se escuchaban más lejanas. Me apresuré en bajarme sin hacer mucho ruido para no despertar a Katherine.

Como no podía salir en pijama (tranquilamente podía pero no me parecía). Así que rápidamente me cambié, hasta me puse unas zapatillas que ni siquiera sabía si eran mías.

La curiosidad me estaba matando.

Mentira, solo quería salir de esa habitación ya que no podía dormir. Así que, ¿qué mejor que seguir voces hasta quien-sabe-donde ? Claramente iba a meterme en lo que no era mío.

Me declaraba oficialmente demente.

Abrí la puerta lentamente, asomándome al pasillo y mirando a los dos lados, no había nadie. Caminé por el largo pasillo hasta detenerme frente a las escaleras, donde se volvían a oír las voces anteriores.

Decidí comenzar a creer que estaba en una especie de película de espías, así qué, ¿por qué no hacer movimientos de espía profesional?

Bajé estas con cuidado para no ser descubierta. Asomé mi cabeza, pudiendo así ver la sombra de tres chicos y a medida que ellos avanzaban, yo también lo hacía.

Me sentía toda una espía. Y cómo no, podía actuar como una el resto de la noche.

Me acerqué lo suficiente para ver sus caras. Era Aaron y sus amigos, pues no me sorprendía, pero si quería saber qué hacían por allí a esas horas. En cuanto los vi salir del instituto, decidí que mi juego de espía había terminado, pues estaba en pijama y afuera hacía frío, claro que no iba a salir así, iba a enfermarme y luego arrepentirme.

Pasaste el límiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora