Capítulo 3. Aaron en la escuela.

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Agarré mi pelo, atándolo en una coleta alta en cuanto apenas este comenzaba a molestar en mi cara. Caminé hacia el patio del colegio con Jack a mi lado, pues era receso, allí pude ver a Sharon y Peter sentados en el cantero, el cual separaba el cemento de la tierra. Nos dirigimos hacia ellos y me senté a un lado.

—Hola —saludamos apenas llegar.

—Hola —respondieron también al unísono, me dio algo de gracia.

—Falta Cameron —comencé diciendo —. Pobre de él, siempre le toca la peor clase solo —reí mientras asentían.

—Lo compadezco, Lengua no es una de las mejores clase —Sharon hizo una mueca—. La profesora menos —levantó las manos con indignación.

—Probrecito —Peter negó divertidamente con la cabeza.

Asentí con la cabeza estando de acuerdo con mi amigo mientras me cruzaba de piernas no un intento de estar más cómoda.

—No hace falta que hablen tanto de mí mientras que no esté —apareció Cameron detrás de Jack, quien se encontraba parado—. Sé que soy genial, pero...

Ni lo vi llegar.

Jack lo interrumpió en la mitad de la frase.

—En realidad, sentíamos pena por ti...—comenzó a decir Jack con un falso tono de tristeza—. Nadie te quiere —añadió con rapidez.

Esto último me dio tanta gracia que sin querer lancé una carcajada e inmediatamente me puse seria al ver que Cameron me miró con mala cara.

—¡Hey! —llevó una mano a su pecho con una cara de terror provocando que ría—. Ahora has herido mis sentimientos —dijo con un hilo de voz antes de comenzar a llorar falsamente.

Me levanté para abrazar a Cameron por la cintura, era tan alto que apenas llegaba a su hombro. Él pasó un brazo por mi hombros, si quisiera hasta podría usar mi cabeza de apoya brazos, aunque lo hizo varias veces.

— ¡Jack! —froté una mano en la espalda de Cameron simulando calmarlo—. No seas tan duro con él —dramaticé frunciendo el ceño.

Realmente teníamos que terminar siendo actores exitosos, eso o en ese mismo instante tenían que tirarnos un Oscar por mejor drama.

Luego de que mis amigos rieron y el drama acabara, me separé de él para volver a sentarme y seguir hablando de cualquier tema que se nos ocurría con mis amigos, incluso un tema sin sentido alguno.

Unos quince minutos después, aproximadamente, sonó el timbre interrumpiendo nuestra charla y tuvimos que separarnos para volver a clases.

No sabía qué pasaba conmigo ese día, pero no tenía ganas de nada, lo único que quería era el día pasara rápido. Supongo que todo eso era a causa del sueño que tenía.

Para mi suerte, todas las clases aburridas pasaron rápido y lo peor era que ese día no me tocaba estar con ninguno de mis amigos en alguna clase, así que no me quedó otra que intentar prestar atención, pero fue imposible, ya que me aburrí en cuanto el profesor abrió la boca.

El timbre sonó en la última clase del día, y yo, al igual que mis compañeros, guardamos todo con velocidad y, literalmente, corrimos a la salida en cuanto el profesor nos liberó.

Cuántas ganas tenía para que ya sea la hora del almuerzo. Me estiré mientras caminaba a la cafetería, empujé la gran puerta. Apenas entrar, comencé a escuchar el murmullo en toda la cafetería, y alguno que otro grito, pues todos se encontraban hablando.

Busqué la mesa en donde se suponía que debían estar mis amigos, al verlos ,y ellos al verme, de inmediato comenzaron a hacerme señas como locos. Reí levantando la mano, dándoles a entender que ya iba. Agarré una bandeja, en la cual puse una hamburguesa y un jugo luego de esperar en la fila, y me dirigí a la mesa en donde me esperaban. Deslice la bandeja sobre la mesa hasta sentarme al lado de Cameron, frente a mí se encontraban Jack y Sharon, y al lado de Cameron, Peter.

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