CAPITULO 16

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—Eso... Eso no es cierto —Me negué a creerlo —Tú eres un patán, por eso ni siquiera me buscaste después de todo aquello...

Él me había dejado en claro su punto, y suponía que tenía razón.

—Eso es tan cierto, como que Mara no estará aquí una semana, y puedo jurarte que no era mi intención no buscarte, solo que Jos me dijo que dejará que te tranquilizarás, y que después de eso, la verdad saldría sola a flote.

—Pues... Pues... —Me negaba, pero no tenía mejores argumentos.

Se acercó a mí, puso su mano en mi cadera—Créeme —Sonrió, y no pude más, ¿Qué le puedo reclamar a ese bombón?

Cambie mi cara, también mi tono de voz—Discúlpame —Musité apenada.

Levanto mi rostro—No te preocupas, te ves linda molesta, pero prefiero verte feliz.

—Lo siento —Me abrace a él en un segundo —Pensé que solo querías lastimarme, pero en realidad, me estaba lastimando sola —Dije pegando mi cara en su pecho, sintiendo sus pectorales.

—Yo no quiero hacerte daño... —Expreso él despacio —Yo quiero hacerte feliz —Susurro a mi oído.

Levante mi rostro sin despegarme de él—¿De veras? —Mi respiración se agito, él lograba eso.

—Sí, porque siento en mi interior, cada vez que te veo, que me enamoró de esa sonrisa, o de la seriedad con la que ves las cosas... ________, yo quiero cambiar ese rostro de tristeza, por una sonrisa infinita. —Me endulzaba el oído.

—Y a mí me encantaría que hicieras eso —Me separe cortamente de su pecho. Sentía su respiración en mi cara.

Abrí ligeramente los labios, y me acerque con torpeza a los suyos. En un suspiro atrapo mi ser, sus manos se posaron en mi cadera, mis manos subieron a sus hombros, me besaba dulcemente, nada alejado a lo normal.

Yo no sé besar, soy torpe haciéndolo, me muevo poco, pero él hace la mayoría del trabajo, se mueve con delicadeza a algún lado haciendo que mi boca se estimule y que mi lengua juguetee con la suya.

Me apretó a su cuerpo, tenía los ojos cerrados, él continuaba con aquel delicioso beso, que poco a poco subía de tono y la intensidad se hacía superior, había algo especial en el ambiente, como si un grupo de corazones se formara por todos lados, y la cama tuviera un imán que qué nos atrajera con fuerza.

—Bryan no —Me despegue ligeramente de sus labios, me estaba haciendo mal besarlo, pues el calor en mi cuerpo aumentaba, como una fiebre, que como alucinaciones traía consigo una especial, y era la del amor, me estaba enamorando.

—Que... —Pregunto confundido —¿Qué sucede? —Me cuestiono.

Aún sostenía mi cintura, por lo que quite sus manos con cuidado para que no hubiera mayor contacto entre nosotros.

—Estamos mal Bryan, yo, yo, bueno, estamos, solos, aquí, ahora... Esto no está bien... —intente no ser tan directa.

—Claro —Dijo el tomándose la cabeza —Te entiendo, tienes razón, no quiero que te espantes, yo no quiero que hagamos —Se movió gracioso, como si la palabra "sexo" fuera un tabú.

—Tener relaciones... —Dije rompiendo esa capa que nos impedía pronunciar la palabra.

—Sí —Sonrió ligeramente —no quería decirlo así.

Estrellas Rotas (Bryan Mouque y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora