Él me miraba, pero con una mirada perdida, como si desconociese todo a su alrededor, supongo que fue el efecto de tal golpe. Tan duro, tan fuerte, aquel imbécil había lastimado de verdad a Bryan. Pude notar la sangre salir de su rostro apenas aquel pesado bate golpeaba fuerte contra su mejilla. No quisiera sentir el dolor que sintió, pero si podría resistirlo con tal de verlo bien.
—Apresúrate a manejar por favor, debemos llegar pronto al médico, Bryan no luce bien —Le pedí desesperada.
Ella volteó levemente en un alto —Dios, creo que regresaré a seguir ajustando cuentas con ese tipejo —Decía haciendo alarde de sus capacidades corporales, físicas, mentales... No sé, pero jactándose de haber golpeado (con ventaja) al hombre aquel.
—No, no, no, estoy bien —Dijo Bryan —No hay necesidad de ir a un hospital, no es para tanto.
—¿Cómo no va a ser para tanto?, tienes que verte —Le dije preocupada.
—¿Me veo muy feo? —Me le quede viendo a los ojos, negué con una pequeña sonrisa, Mara me veía desafiante por el retrovisor, borre aquella pequeña sonrisa.
—Ahora mismo cambió el rumbo y llegamos en 5 minutos al hospital —Puntualizó Mara.
—¡NO! —Dijo Bryan una vez más —De verdad, estoy bien, no hace falta —Se puso de pie —Sólo quiero acostarme, y limpiarme la cara.
—No creo que sea suficiente —Exprese ahora yo.
Él me miró, tomo mi mano con delicadeza, esperando, se sentó en el asiento que le correspondía —Por favor, háganlo por mí, llévenme a su casa... No quiero causarles problemas, sólo fue un rasguño.
—Estás sangrando —Comentó Mía. Nunca le doy la razón, sin embargo debo confesar que esta vez tenía razón la loca aquella, él no estaba bien, era demasiado obvio, sólo él creía que sí.
—Por favor —Repitió, su mirada me convencía de hacer lo que él quiere, pero su estado me indicaba lo contrario.
—¡BIEN!, sí él así lo quiere eso haremos, vamos a casa —Dijo deslindándose fácilmente de la responsabilidad de llevarlo al hospital —Además estar a estas horas en un hospital es agotador, creo que es una sensata decisión la tuya Bryan... —Dijo bastante feliz Mara, ella sólo quería evitarse la visita al hospital, su egoísmo le impide pensar en el bienestar de los demás. Negué molesta.
Llegamos a casa, todas bajaron del auto, entraron tranquilas a casa mientras yo ayudaba a Bryan a entrar, despacio, suave.
—Eres una excelente doctora, esa debería ser tu profesión, me has cuidado muy bien —Dijo despacio mientras le asistía.
—No, no lo creo, espero ser una artista, hacer algo en la fotografía, en la pintura —Confesé.
Lo senté sobre el sofá principal —¡Bryan, hoy comerás con nosotras! —Dijo Mara en voz alta mientras subía por las escaleras.
—¡Claro! —Grito con dificultad. Nos habíamos quedado solos, estábamos uno frente al otro, yo era la única que no lo había abandonado.
—Sigo pensando que deberías ir al médico, no luces bien de salud —Le dije tranquila.
—Creo que estoy bien, además... Tengo planes, y no puedo deshacerme de ellos por un pequeño accidente.
—Cada vez que intento alejarme de ti, vuelves a mí —Agache la cabeza.
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Estrellas Rotas (Bryan Mouque y tú)
Hayran KurguCuando tenía 6 años, mi madre falleció, se fue, dejando un gran hueco en mi interior. 2 Años después, mi padre consiguió una mujer, una mujer que tenía un par de hijas, gemelas, que las unía la maldad y el egoísmo, mi padre y ella se casaron, las 3...