(N/A): Historia dedica a la señora Tachibana, mi senpai. azz22Neko ;)
Capítulo 1:
"Olvídate de todos. No confíes en nadie, odia a las personas. El odio es lo único que te mantendrá viva".
Desperté de repente. Otra vez la misma pesadilla. Miré hacia mi lado, allí estaba Tía Susan. Al escuchar mi respiración agitada, dejó de reposar su cabeza contra la ventanilla del avión y puso su mano en mi frente.
-No tienes fiebre - murmuró, aunque parecía que hablaba con ella misma -. ¿Qué sucedió, pequeña ___?
-No es nada, tía. - dije cuando respiración se estabilizó.
-A lo mejor es un poco de mareo por el vuelo. - opinó sonriendo.
El viaje continuó en silencio. Yo jamás comente nada a tía Susan acerca de mis pesadillas, no quería preocuparla más de lo que ya estaba. Todo el tema de las citaciones a la corte, los papeles, reuniones en mi escuela por mi conducta, la estaban volviendo loca.
En ese momento estábamos en un avión rumbo a una remota isla en Japón. Tía Susan dijo que sería bueno para alejarme de la tensión que me causaban los problemas en mi antiguo hogar, ya que eso no era saludable para una niña de ocho años. Vivir en un lugar poco poblado sería una buena opción, ya que mi repentina inestabilidad social hacía que les desagrade a las personas.
A ojos de las personas de mi antigua ciudad, yo era una niña malcriada, maleducada y arrogante. Claro, porque ellos no pasaron por todo lo que yo sí. ¿Qué querían que hiciera? Me era imposible no estar seria en todo momento, me era imposible el lograr sonreír con los chistes. Luego de todo lo que pasé, comencé a estar inestable tanto mentalmente como socialmente (dicho anteriormente). Y claro, ¿Cómo no estar inestable en todos los sentidos luego de presenciar un asesinato? Cuenta como el doble de horrible si las personas asesinadas son tu familia.
Tía Susan es la hermana de mi padre, quien estaba viviendo en otro continente hasta hace dos meses, hasta que fue llamada para tomar papel como mi tutora. Como he dicho, tía Susan se ha preocupado mucho por mí. Ella fue la que sustituyó a mi madre luego de su pérdida.
-Descansa, dulce ___ - dijo tía Susan, acariciando mi cabeza -. Aún falta para llegar, así que aprovecha para dormir un poco.
Cerré mis ojos y me dormí enseguida.
"Yo he perdido todo lo que tenía, ahora es tu turno".
...
Desperté y me encontraba en un taxi. Tía Susan estaba indicándole al chofer hacia donde quedaba nuestra nueva casa. Yo supuse que nos hospedaríamos en un hotel o, como mucho, tía Susan había alquilado un departamento.
-Una antigua amiga vivía aquí, pero como se mudó con su familia, dijo que podríamos usar la casa. - explicó la tía.
Asentí en señal de haberla escuchado.
Una vez que llegamos, no me veía muy entusiasmada. ¿Y cuál sería la razón por la cual sonreír o saltar de alegría? Era una casa, nada más.
-Anda, sonríe, ___ - dijo tía Susan. Yo continuaba con mi cara seria -. ¿Ah si?
Me cargó y comenzó a hacerme cosquillas, mientras entrabamos en la casa. No podía parar de reír. Mi cara estaba roja y echaba lágrimas de la risa. Tía Susan sabía hacerme pasar buenos momentos...
...
-¿Escuela? - repetí incrédula, pero con un toque de disgusto -. Yo no quiero ir a ninguna escuela.
-Claro que vas a ir. Todos los niños deben ir a la escuela. - replicó tía Susan.
Nos encontrábamos en la sala. Ella estaba en uno de los almohadones, cosiendo mi camisa que había roto un rato antes, jugando con el perro de la casa (el cual quedó algo abandonado).
Tía Susan había comprado todos los materiales necesarios el día anterior, por lo que faltaba que yo misma hiciera mi mochila.
-No quiero. - protestaba yo, tirada en el piso.
-Anda, ___ - pidió tía Susan -. Si lo haces, prometo que cocinaré lo que quieras para que lleves mañana de almuerzo.
-¿Lo que quiera? - pregunté mirándola con picardía.
Ella asintió. Di un brinco y salí corriendo, rumbo a mi cuarto. Yo no era muy de sonreír, sí, pero estando en casa con tía Susan lo hacía. No me molestaba para nada.
"No confíes en nadie. El odio es lo único que te mantendrá viva".
Parecía que alguien se adentraba en mi cuarto por las noches, simplemente para susurrar esas palabras a mi oído y marcharse en cuanto yo despertara. Sonaba raro y hasta escalofriante. Continuaba sin decir nada a la tía, habían dos posibles probabilidades de lo que llegase a pasar: en primero, le daría un infarto y se moriría cuatro veces seguidas, o me tomaría por loca y me enviaría al psicólogo, ese psicólogo a un neurólogo y ese neurólogo al manicomio. Era todo un ciclo.
Por las noches, antes de irme a dormir, me llevaba una linterna conmigo. Había veces que se oían ruidos del techo, otras del patio o inclusive del pasillo. Me recordaba a un juego de terror que mi hermano mayor me había mostrado, donde terroríficos muñecos aparecían por la noche y tu debías sobrevivir a no sé cuántas noches. Eran recuerdos escasos que tenía de mi hermano. Poco tiempo pasé con él, pero mejor poco que nada.
***
-___-Chan, baja a desayunar. - pegué un salto de la cama y, aún adormilada, me dirigí a la cocina.
Tía Susan aguardaba con el desayuno ya puesto en la mesa. Colocó frente a mí una taza con chocolate caliente y, al tomarla descuidadamente, me quemé la mano.
-Cuidado, pequeña ___ - avisó tía Susan, aunque un poco tarde -. Creo que es un poco caliente.
"¿Tú crees, tía Susan?" - pensé mirando con recelo la taza.
Tuve que volver a ir a mi cuarto y vestirme. La tía Susan me obligó a usar un torpe vestido de marinera color azul. ¡Me veía muy ñoña!
-Te ves bonita. - cuestionó tía Susan.
Di un bufido y salimos de casa. Ahora era el momento en que me enfrentaría a mi peor miedo: la escuela.
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Hola, lectores. Quería, primero que nada, dar las gracias a mi amiga Martu-Chan por haberme ayudado a pensar un poco la trama de la historia. La verdad, estuvimos casi todo el día pensando en como empezarla. \(^-^) ¡Hola, Martu-San! Y tambien quería preguntarles que les pareció la historia. Si el comienzo es muy cliché o ven algo muy típico en la historia (típico en el sentido de un tema ya bastante usado).
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Desde la primera vez| Makoto Tachibana y tú ©
Fanfiction___ no era una niña muy sociable. Sin embargo, disfrutaba de la compañía del único niño en su clase que le ofreció su amistad. Makoto era su nombre y era un niño muy tímido y cerrado, pero a la vez inteligente. Cierto día, la amistad entre ___ y Ma...