Desde la primera vez| Makoto Tachibana y tú ©

Capítulo 14

Capítulo 14:

*8 horas para la boda*

Aunque esa misma sería celebrada una boda, no era excusa para que los chicos de Iwatobi no asistieran a la escuela.

Los alumnos de la clase de ___ estaban en sumo silencio, completando un examen vocacional que – según la profesora Ama – se les estaba tomando a todos los alumnos de la escuela.

Makoto se veía muy entusiasmado haciéndolo, pero en cambio, ___ estaba realmente indecisa en que carrera tomaría. Solo le quedaba un mes antes de graduarse y realmente se sentía presionada. Pero no era la única, Haru tambien lo estaba.

>>Vamos, vamos. Completa eso antes de que la profesora note que estas tonteando con tu lápiz<<

"Déjame, tonto subconsciente. Yo hago lo que quiero".

>>Ya, ya. Te crees la gran cosa porque tienes el control de ti misma y no eres una vocecita que cierta torpe siempre ignora<<

"¿Dices que te ignoro?"

>>No, digo que eres torpe<<

-¡Tú eres torpe!

Tapó su boca de repente. ¿Había gritado sin darse cuenta? Sus compañeros la miraban entre confundidos y divertidos. Amakata se encontraba cruzada de brazos en frente suyo, mirándola con esos ojos que tanto la intimidaban.

>>A ver cómo te sales de esta. T-O-R-P-E<<

-¿Tiene algo que decir, Blair-San? – preguntó la mujer, acercándose a su asiento.

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*1 hora para la boda*

Makoto se encontraba en su cuarto, intentando atar sin éxito su corbata color verde. Llamaron a la puerta y, cuando el castaño respondió con un "Entre", Haru irrumpió en la habitación y miró preocupado a su amigo.

-¿Sucede algo, Haru-Chan? – preguntó Makoto, aun batallando contra la corbata.

Haru soltó un suspiro y se acercó a él, apartando sus enormes manos y dándole una mano con la corbata. La dejó perfecta. Luego tomó asiento en una silla que había en el cuarto.

-Es sobre ___.

El castaño dejó de acomodar su traje y volteó a mirar rápidamente al azabache con mirada inquisidora.

-Gou ha llamado. Ella... no está en casa.

-¿Qué? – gritó sin poder creerlo.

-Gou, Nagisa y Rei la han buscado por todos lados pero no aparece – respondió con preocupación notoria -. No estaba en la escuela ni en su casa. Hace rato me llamaron diciendo que irían a buscarla al club de natación. Simplemente en la casa estaba Arya durmiendo, pero ni rastros de ___.

-Pero eso no es posible. Ella se quedó luego de clases para cumplir el castigo que le puso Ama-Sensei. Debe estar en la escuela.

Makoto pasó saliva nervioso. ¿Dónde se pudo haber metido a momentos de que se casaran?

El celular que se encontraba sobre su mesa de noche vibró. Él enseguida corrió a tomarlo. Era un mensaje.

De: Número desconocido.

¡Makoto esto es urgente! ___ está en el aeropuerto. Va a tomar un vuelo y regresar a Francia. ¡Debes detenerla!

Tomó su abrigo y se apresuró a ir hacia la puerta.

-¡Haru, ahora vuelvo. Tengo que detener a ___! – gritó mientras corría fuera de casa.

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-¡____! – gritaba Makoto, buscándola entre el montón de gente que se encontraba en el aeropuerto -. ¡____, por favor regresa!

-Próximo vuelo a Francia, despegará en cinco minutos. – resonó en los altavoces.

"Demonios, debo apresurarme", pensó el castaño, buscando con la mirada una salida para ir en busca de ese avión.

Un guardia de seguridad le indicó hacia donde debía ir y él así lo hiso. Finalmente encontró el avión. Estaba a unos metros de él. Pero en cuanto comenzó a correr, éste empezó a avanzar, tomando vuelo y perdiéndose entre las nubes.

-¡No, no, no! – Makoto cayó de rodillas al piso.

Sus piernas estaban agotadas de tanto correr. Observaba con sus ojos llenos de lágrimas el avión en el cual, posiblemente, se encontraba ____.

Golpeó el suelo con su puño varias veces. Sollozaba repitiendo el nombre de la chica y culpándose de no haber llegado temprano.

Pronto escuchó varios pasos acercarse a sus espaldas. Se dio la vuelta, esperando a que Haru y los chicos estuvieran allí, pero no. Era Sam junto a su grupo de amigas.

-Oh, Makoto, ¿Qué te ha pasado? – preguntó con preocupación fingida.

-____... ___ se fue.

Las chicas soltaron un "Oooh". Sam se agachó a su lado y colocó una mano en su hombro.

-Si de algo sirve... yo puedo ayudarte. Sé que la niña, Arya, necesita unos padres casados para poder quedarse en Japón. Así que si quieres eso... deberás casarte conmigo.