Capítulo 5

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Capítulo 5:

Nos encontrábamos ya en el cuarto de Makoto. Haru y él dormirían en el piso en futones, mientras que a mí me dejarían la cama.

-No puedo esperar a que nos vayamos. - dijo Makoto, mirando al techo del cuarto.

-Espero que nos dejen nadar en el río. - murmuró Haru, aunque ambos lo oímos.

-Por cierto, ¿Ya completaron las planillas? - preguntó Makoto.

-¡La planilla! - Grité dando un salto de la cama - La dejé en la mesa, tía Susan ya la había firmado. ¡NO puedo ser tan tonta!

-Oye, oye - me detuvo Haru -. Calma, ___. Mañana iremos a tu casa y le pediremos la planilla a tu tía.

-No, no iremos. - dije frunciendo el ceño.

-¿Paso algo con tu tía, ___? - preguntó Makoto.

-¡Ha traído a un tipo a la casa! - murmuré con la mirada baja -. Se supone que es su prometido... ¡Pero yo no quiero que mi tía se case!

-¿Acaso no te gustaría tener primos? Yo siempre quise unos, aunque nunca los tuve. - opinó Haru.

-Claro que no quiero. De seguro tía Susan me haría cuidarlo y cambiar sus apestosos pañales. - hice una mueca de asco, a lo que Makoto y Haru rieron.

Luego de que me dieran una larguísima charla sobre que mi tía era una persona mayor y tenía todo el derecho de salir con quien quisiera, nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente, Ran y Ren irrumpieron en el cuarto. Jalaban del pelo a Makoto para que se despertase, pero este se quejaba entre sueños y ocultaba su cabeza bajo la almohada. Haru no estaba en su futón, lo que me pareció extraño.

-Anda, despierta, Makoto. - llamé pateándolo levemente.

-¿Para qué? - preguntó aún con los ojos cerrados.

-Para el campamento. - respondí.

-¡Campamento! - se levantó de un salto y bajó al comedor.

Tuve que cargar los mellizos hasta abajo, casi que ruedo por las escaleras con Ran y Ren alzados.

-Buenos días, ___ - saludó la mama de Makoto -. Baja a esos traviesos y ven a desayunar, que la comida se enfría y llegarán tarde.

Asentí y tomé asiento, nuevamente junto a Makoto. El señor Tachibana apareció allí con un elegante traje y portafolios en mano. Al parecer, era hora de que se fuera a trabajar.

-Nos vemos niños y suerte en el campamento - dijo marchándose, pero luego regresó -. Ah, y ___, tu tía vino esta mañana a dejarte la planilla.

-¡Gracias, señor Tachibana! - dije, aunque él ya se había marchado.

Luego de desayunar, subimos corriendo al cuarto de Makoto para buscar nuestras cosas. La mama de Makoto nos llevaría en el auto y luego dejaría a Ran y Ren en la guardería. Una vez que subimos las maletas al auto, ella comenzó a conducir rumbo a la escuela.

-¡Mucha suerte, niños! - dijo la señora Tachibana desde arriba del auto, para luego arrancar e irse.

Los autobuses ya estaban estacionados frente a la escuela. Había bastantes compañeros de nuestra clase y otras, que aguardaban impacientes la hora de irnos. Mientras caminábamos entre la multitud, buscando a nuestra maestra, un niño pelirrojo se paró frente a nosotros.

-¡Eh, Haru, Makoto! - Dijo sonriendo - ¿Así que ustedes también van al campamento?

-Claro, Rin. Estamos impacientes. - respondió Makoto.

-¿Quién es ella? - preguntó él señalándome -. No recuerdo haberla visto en la clase.

-Es que los días que viniste, ella se encontraba con gripe - explicó Haru -. Rin, ella es ___. ___, él es Rin Matsuoka. ¿Recuerdas al que transfirieron a nuestra clase?

-Ah, sí. Es un gusto, Rin. - extendí mi mano y la estreché con la suya.

Hablamos y reímos por un buen rato, hasta que el profesor comenzó a tocar un silbato, lo cual indicaba que abordáramos nuestros autobuses. Como Rin ya le había pedido a Haru sentarse con él, no me quedaba otra más que compartir asiento con Makoto.

A diferencia de en muchos otros viajes con la escuela, Makoto no decía nada. Mantenía su vista fija en la ventanilla, y cada vez que lo miraba a los ojos, giraba su vista y se ponía nervioso. Le sudaban las manos y se sobresaltaba fácilmente cuando trataba de tomar su mano para calmarlo. En pocas palabras, Makoto estaba actuando extraño.

...

-¡Alumnos, hemos llegado! - anunció el profesor, despertándome de mi sueño.

-Oigan, tortolitos, es hora de levantarse. - oí decir a Rin.

Al alzar mi vista, me encontré a Rin y Haru parados junto a nosotros. Me miraban con complicidad y malicia. Como yo aún continuaba abrazada a... ¡Un momento! ¡Estaba durmiendo abrazada al brazo de Makoto! Él continuaba durmiendo, solo que apoyó su cabeza sobre la mía. Rin y Haru continuaban riendo.

-¿De qué tanto ríen ustedes dos? - pregunté enarcando una ceja.

-Les hemos sacado una foto y se la enviamos a los padres de Makoto y a tu tía. - dijo Haru sonriendo maléficamente.

-¿Qué? - Abrí mis ojos sorprendida - ¡Vuelvan a aquí malditos!

Me levanté bruscamente del asiento, haciendo que Makoto perdiera el apoyo y cayera al otro asiento. Se sobó la cabeza, mientras nos veía a los tres bajar corriendo del autobús. Haru y Rin corrían por su vida y yo para acabar con ella.

-¡Cuando los atrape los mato! - grité detrás de ellos.

-¡Ya se la enviamos a nuestros amigos! - se burló Rin, aunque por distraerse tropezó con una piedra y cayó en seco al piso. Haru se rio de él mientras corría, pero el karma hiso lo suyo y una rama se atravesó en su camino y también cayó al piso.


Desde la primera vez| Makoto Tachibana y tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora