Capítulo 8

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Nota: ¡¿Esto es enserio?! Algo me dice que quieren que me de un infarto con tantas lecturas. Osea, llegamos a las 5k de lecturas y... y... T-T van a hacerme llorar. Muchas gracias de verdad y espero que disfruten de este capítulo que - a pesar de que es un poco tarde - me dieron ganas de publicar de una vez por todas. 

Capítulo 8:

No recibió respuesta. Ella se encontraba inmóvil, mirándolo fijamente. Los presentes los miraban como idiotas.

-K-kotoma... - murmuró sonrojada, con sus ojos bien abiertos. Luego salió de su shock, unas lágrimas se asomaron a sus ojos y no pudo evitar que un pequeño puchero se formara en sus labios -. Jamás pensé que esto sucedería.

Apartó las manos del chico de su rostro y las entrelazó con las suyas. Seguido de esto – para sorpresa de Makoto – se paró de puntitas y le dio un pequeño beso. Pero claro, Makoto aún quería más. Y en cuanto ella se separó, tomó nuevamente su rostro y la besó.

-¡Wuu! ___-Chan y Mako-Chan van a casarse, no puedo creerlo. – se emocionó Nagisa, limpiando sus lágrimas con la manga de Rei.

-No pensé que viviría para este momento. – dijo Rei

Oyeron un sollozo y todos voltearon a ver confusos a Haru, quien ocultaba su rostro con una tostada.

-¿Haru, estas llorando? – preguntó burlonamente ___.

-¡Claro que no! – Haru desvió la mirada y secó disimuladamente sus ojos -. Solo estoy sudando por los ojos.

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-¿C-compromiso? – repitió la señora Tachibana, casi tirando su taza de té al suelo.

Ambos asintieron inseguros. ___ tomaba fuertemente la mano de Makoto por debajo de la mesa, temiendo por la respuesta que sus padres pudieran darles.

-¡___ y mi Makoto al fin van a casarse! – chilló la mujer lanzándose a abrazarlos -. A decir verdad, me alegra mucho que hayas decidido quedarte con ___ y no con la otra niña. No quiero ser grosera, pero era realmente molesta.

Rio por lo bajo. Pero eso despertó una pregunta en su cabeza:

"¿Dónde está Sam?"

Le restó importancia y decidió prepararse para lo que venía: darle la noticia a sus nuevos cuñados. ¿Se enfadarían con ella? ¿Se lo tomarían bien?

Eso no lo supo hasta que los cuatro se reunieron en el cuarto de Makoto. Los niños se veían un tanto confusos.

-Ran, Ren – dijo Makoto, dando una gran bocanada de aire -. ___ y yo... vamos a casarnos.

Los niños se miraron atónitos. Pero luego una enorme sonrisa se formó en el rostro de Ran.

-Te gané, Ren – gritó mirando con burla al niño -. Gané la apuesta, me debes bastante dinero.

-¿A-apuesta? – repitieron Makoto y ___.

-Así es – asintió Ren -. Yo apostaba que Makoto te pediría matrimonio dentro de dos años y ella este mismo año.

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Ya estaba obscureciendo. Fue entonces cuando ___ se dio cuenta de que era hora de volver a casa. Makoto, como el buen novio que era, se ofreció a acompañarla.

Durante todo el camino, Makoto la tenía pegada a él. Además de ser un tanto sobreprotector, tambien deseaba que ella nunca volviera a alejarse de su lado.

Comenzaba a refrescar. Esa era señal de que el otoño estaba por llegar.

-M-makoto – llamó ___ con sus mejillas rojas y tratando de evitar la profunda mirada de Makoto -. ¿Sabes? H-hoy Arya no estará en casa, así que... No sé, ¿Querrías quedarte conmigo?

Los ojos del castaño se iluminaron y sonrió. Como respuesta a ello, rodeó la cintura de la chica con su brazo y besó su mejilla. Sonrió tímidamente. Aunque ella pensaba en ver una película romántica junto con Makoto y compartir una deliciosa cena, el castaño tenía otros planes en mente.

Apenas llegaron, se puso a preparar la sala para que pudieran estar cómodos.

Finalmente, tomaron asiento e hiso elegir a Makoto una película que le gustara. Por supuesto, que – aunque a ella realmente le gustaban – quitó las películas de terror de las posibles elecciones de su novio.

¿Cuál fue la mejor opción? Una película bastante triste sobre un perro que murió en una estación de tren esperando a su dueño, quien nunca regresó, ya que había muerto.

Lo único que podían oírse eran los sollozos de ___, llorando por el pequeño perro. Y para Makoto eso era perfecto, la tenía donde quería. Su plan había funcionado a la perfección. ___ jamás se había visto tan vulnerable. Eso era demasiado tentador para Makoto.

La chica miró la hora. Era muy tarde y al otro día tenían escuela. Pero ella no estaba cansada. Para nada, podría correr una maratón entero sin cansarse... o al menos eso era lo que decía.

-Creo que iré a ordenar mi cuarto para poder dormir. – dijo levantándose y caminando hacia la puerta.

-Déjame darte una mano. – Makoto la siguió.

-¿Mako-Chan, puedes cerrar la ven...

Fue interrumpida por el sonido del cerrojo de la puerta. Se volteó confusa.

-¿Qué haces? – preguntó nerviosa -. Y-ya es tarde, deberíamos irnos a dormir.

-Ay, ___-Chan – suspiró Makoto negando divertido con la cabeza y avanzando hacia ella -. Tu inocencia es incomparable... lástima que pronto tendrás que despedirte de ella.

Ni siquiera el cabello de Gou podía compararse con las mejillas de ___. Retrocedió un tanto asustada, pero acabó chocando con la puerta de su armario.

"Oh-oh"




Desde la primera vez| Makoto Tachibana y tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora