Nota: A pedido de mi fiel lectora LeticiaGuerrero174
Capítulo 8:
Al oír el timbre de final de recreo, salí del baño. Sin darme cuenta, choqué con un niño que justo cruzaba frente al baño de niñas. Alce la mirada y me encontré con un par de ojos morados. Fruncí el ceño de inmediato. ¡Claro! Ese niño me ganó jugando al basquetbol la semana anterior, mientras hacía equipo con Makoto, Haru y Rin.
-Ah, eres tú. – dije.
-¿Tanto odio me tienes? Auch, eso duele. – dijo fingiendo indignación.
-Quítate, Kimisu, ahora no estoy de ánimos. – me crucé de brazos, esperando a que se quitara de mi camino.
-Es Kisumi – corrigió alzando el dedo índice, tratando de adoptar una pose intelectual -. Por cierto, ¿Has visto a Makoto?
"Makoto..."
-N-no, no lo he visto.
Una lágrima resbaló por mi mejilla, la cual Kisumi limpió rápidamente con su pulgar.
-¿Paso algo? – preguntó.
Normalmente no era de hablar con personas que no fueran Makoto, Rin o Haru, pero necesitaba desahogarme, necesitaba hablarlo con alguien. Era un peso muy grande el cual estaba cargando, por lo que quería decírselo por lo menos a una persona, pero que supiera guardar el secreto.
-¿Voces? – repitió Kisumi extrañado.
-Así es, escucho voces. – admití avergonzada.
-Has pasado por mucho... - dejó soltar un suspiro.
-Tenía que decírselo alguien. – dije apoyando mi espalda en la fría pared del pasillo.
-¿Qué hay de tu tía? – preguntó.
-Está muy atontada con su prometido como para prestarme atención – dije frunciendo el ceño -. ¿Sabes algo? Sé perfectamente que ellos no durarán mucho tiempo.
Kisumi sonrió y me acompañó al salón. Mis compañeros nos miraban raro cuando lo vieron despedirse de mí.
Esa fue la última vez que vi a Kisumi, Makoto, Haru y Rin. Esa misma noche, el avión a Francia nos esperaba en el aeropuerto.
>>No importa que tan lejos vayas, te encontraré...<<
Y sí, aún escuchaba las voces. Continuaba escuchándolas, ahora también era en el día. Las veces que las oía aumentaron luego de que me alejara de Makoto. Debo admitir que estando a su lado me sentía protegida, pero ahora que estaríamos a millas de distancia, estaba más vulnerable que nunca.
"Makoto... quisiera tenerte aquí conmigo"
Desde ese día, dejé de confiar en las personas. No deseaba hacer amigos, ya que sabía que algún día recuperaría a los que dejé en Japón.
*5 años más tarde... (Francia, Europa)*
Luego de habernos mudado de Japón, tía Susan, David y yo, fuimos a vivir a Francia, donde se llevaría a cabo el juicio. En el mismo año en que llegamos allí, tía Susan quedó embarazada, dando a luz a mi nueva prima, Arya Sumer Blair (Blair es el apellido de mi familia materna). Al estar mi tía de seis meses de embarazo, se descubrió que David mantenía una relación con una mujer seis años menor que él. Luego de eso, se marchó, dejando a tía Susan al cuidado de nosotras dos.
Al cumplir Arya dos años, mi tía comenzó a beber, convirtiéndose en una persona alcohólica. Desde entonces, me hice cargo de Arya desde muy temprana edad.
...
-Tía, ya nos vamos para la escuela. – dije desde la puerta, pero no recibí respuesta.
Era posible que ella se encontrara en la cocina, bebiendo alguna bebida alcohólica o en el cuarto durmiendo a causa de la resaca.
Arya tenía cinco años exactamente, asistía a un jardín de niños cercano a la escuela donde yo estudiaba. Todos los días, yo era la encargada de llevarla y traerla del jardín, ya que tía Susan ni siquiera se despertaba para hacer la comida. Desde que el bastardo de David dejó la casa, se había vuelto una persona demasiado inútil. Además de ser despreciable, por el hecho de gritar y castigar a Arya por cualquier tontería.
-¿Sabes, ___? – comenzó a decir Arya, mientras caminábamos por la calle tomadas de la mano -. Ayer ingresó a la escuela un nuevo compañero, su nombre es Hayato Shigino y ya somos amigos.
"¿S-shigino?"
Estábamos en la puerta de la escuela, aguardando a que abrieran para poder marcharme.
-¡Arya! ¡Arya! – escuché gritar a un niño.
Se acercaba a nosotros, jalando la mano de un chico parecido a él, solo que mayor.
-Hayato, que bueno que viniste. – dijo Arya acercándose a él.
Los dos se pusieron a hablar de cosas de niños, como los nuevos juguetes que pusieron en el patio, por ejemplo. Yo me quedé mirando al chico, se me hacía familiar. Mientras examinaba su rostro con la mirada, él se giró para mirarme, encontrándose también con mis ojos. Se sonrojó un poco, ya que había estado mucho tiempo mirándolo.
-Lo siento, es que me recuerdas a alguien... - dije fingiendo una sonrisa.
-A decir verdad, tú también me recuerdas a cierta niña que conocí. – dijo él.
"Esa manera tan arrogante de hablar. Me recuerda a..."
-¿Kisumi? – grité, levantándome del banco donde estaba.
-¡Lo sabía, eres una acosadora! – exclamó retrocediendo.
-¿Qué? Claro que no, tonto – me acercaba a él, pero cada vez retrocedía -. Kisumi, soy yo, ___ Blair.
-___... – murmuró, mirándome a los ojos -. ¡La niña de las voces! – gritó señalándome, pero tapé su boca con mis manos.
Nota final: ¿Y que les pareció? En el capítulo que sigue (el cual publico mañana) van a saber la razón por la cual Kisumi y Hayato están en Francia. Además de que dentro de poco rayis se va a reencontrar con Kotoma... perdón, Makoto xD
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Desde la primera vez| Makoto Tachibana y tú ©
Fanfiction___ no era una niña muy sociable. Sin embargo, disfrutaba de la compañía del único niño en su clase que le ofreció su amistad. Makoto era su nombre y era un niño muy tímido y cerrado, pero a la vez inteligente. Cierto día, la amistad entre ___ y Ma...