Capítulo 10

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Capítulo 10:

Apenas salieron de la escuela, fueron directo a las aguas termales. No había nada más relajante.

Gou había reservado un lugar solo para ellas. Además de que tomó "prestado" de la cocina de su casa un vino que su madre conservaba del día de su boda.

-Seguro que no le molesta – calmó Gou, sirviendo en unas copas -. Además, es para celebrar tu boda.

___ asintió un poco insegura. Tomó la copa en sus manos y observó el líquido que se encontraba dentro. En su vida había bebido alcohol y, sinceramente, no tenía pensado hacerlo.

-¿Estas esperando que te pida que la bebas? – se burló Otome, quien ya había bebido la suya de un trago -. Anda, ___-Chan.

Negó con la cabeza y dejó la copa a un costado. No estaba lista. Gou y Otome se miraron cómplices. La castaña inmovilizó a ___, mientras Gou vaciaba el vino en la boca de la chica. Su garganta ardía como los mil demonios. Rápidamente y sin saber qué hacer, tomó con la copa del agua donde estaban. Las otras dos rieron.

-Son... muy malas. – se quejó con la voz débil.

Luego de un rato, se encontraban riendo como locas. El alcohol había hecho su efecto y no se les pasaría en un largo rato. Gou no dejó de servir hasta que la botella quedó totalmente vacía.

-Y, dime, Otome – dijo ___, jugueteando con su copa -. ¿Quién te gusta?

-Yo... - la castaña se sonrojó y miró hacia otro lado.

-Anda, no seas tímida. ¡Hip! – Gou apoyó una mano en el hombro de Otome y sonrió -. Somos amigas, ¿O no?

-Bien, bien – Otome soltó una risa y luego sonrió -. Mi hermano y su equipo compitieron en el torneo regional hace un año. Viajé desde Tokio hacia aquí para poder verlo. Durante la tercera eliminatoria del relevo masculino, vi a un grupo de chicos compitiendo. Eran diferentes al resto. Sobretodo uno de cabello negro y ojos azules. Acabaron ganando el torneo con el primer lugar. Cuando me marchaba, vi que ese mismo chico entraba los vestidores y lo felicité. Dijo que se llamaba... ¿Haruka Nanase? Sí, creo que sí. Hemos estado hablando por mensajes desde ese día, pero hace dos meses que dejó de hablarme y realmente me sentí muy mal.

-¡¿Qué?! – el efecto del alcohol pasó, permitiéndoles a Gou y ___ dar un estruendoso grito.

-¿Está hablando de Haru? ¿El Haru que conocemos? – preguntó sorprendida ___.

-¿De qué hablan? – se confundió Otome.

-Haruka Nanase – se explicó Gou -. El viene a la preparatoria Iwatobi y es nuestro amigo.

Los ojos dorados de la chica se abrieron con sorpresa. ¿Podría ser que el destino le estuviera dando una nueva oportunidad?

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-¡Mako-Chan, Mako-Chan! – animaban Rei y Nagisa desde abajo del escenario, viendo como el castaño (en estado ebrio) bailaba y cantaba desafinadamente una canción de Katy Perry que resonaba en el lugar.

Ya debían ser como las 19:30. Acababan de llegar al bar que les recomendó el novio de la hermana mayor de Nagisa. Se suponía que era un buen lugar para pasar el rato y para nada peligroso.

Apenas llegaron, comenzaron a beber. Makoto se negó todas las veces que le ofrecieron, hasta que Nagisa se hartó y lo hiso beberse una botella de un solo trago, manchando con cerveza la camisa de Makoto. Ese fue apenas el comienzo. Probaron todas y cada una de las bebidas que había en ese lugar, dejando todo a la cuenta del cuñado de Nagisa.

-Él lo recomendó, él lo paga. – rio rubio, sosteniendo la botella en sus manos y tambaleándose.

-Nagisa-Kun, no me siento bien. – dijo Rei agarrándose fuertemente la cabeza con ambas manos.

-Rei-Chan, no seas...

Rei tapó su boca, en un intento porque el vómito no saliera. Corrió hacia el baño más cercano, seguido de Nagisa. Makoto continuaba bailando, pero ahora en el suelo. Fue un grave error, ya que nadie lo estaba vigilando.

Haru se encontraba sentado en uno de los sillones, mirando de forma romántica a un plato de caballa que estaba en la mesa a unos metros de él. Antes de levantarse, acomodó su camisa y revisó su aliento. Caminó lo más normal que podía – ya que estaba igual de ebrio que los otros -, hasta apoyarse en la mesa junto a la caballa.

-Oye, ¿Estás sola? – preguntó con voz seductora, tomando asiento -. Estas realmente hermosa esta noche. Te vi aquí y pensaba en invitarte a algún lado. Quizás, podríamos dar una vuelta, ir a mi casa y... ya sabes.

-¡Haru-Chan, ven a bailar! – gritó Makoto sosteniéndose de una pared para no caer.

-¡Ahora no! ¿No ves que estoy en medio de un cortejo? – se quejó señalando a la caballa -. ¿En qué estábamos?...

El lugar se llenó de gente. Tanto que era imposible caminar con facilidad. Entre el gentío, en una de las mesas estaba cierta rubia. Charlando con uno de sus tantos novios que pronto serían rechazados y dejados de lado.

"¿Ese es...?", levantó su cabeza y miró hacia donde Makoto continuaba bailando solo. "Creo que se de alguien que no estará muy feliz de verte de esa forma".

Sacó su teléfono y tomó una foto, para proseguir a enviársela a ___.

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___ acababa de volver del café donde Gou las había llegado. Su teléfono vibró en su bolsillo y al revisar el mensaje, frunció el ceño disgustada.

-¡Voy a matarlos! ¡A los cuatro!

-¿Qué pasa, prima? – preguntó Arya, frotando sus ojos con cansancio.

-Te dejaré un momento en casa de la señora Tachibana. – dijo tomando su bolso.



Desde la primera vez| Makoto Tachibana y tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora