Capítulo 20:
"Ven a Samezuka a las 14:00".
Leí mentalmente el mensaje que Rin me había enviado el día anterior. Me había salido temprano nuevamente, excusándome de que estaba en mis días. Me dio lástima el tener que mentirle a Amakata, siendo ella tan buena conmigo.
Como los autobuses funcionaban con escases ese día, tuve que caminar. En la visita anterior a Samezuka, había anotado claramente el recorrido completo hacia la preparatoria de Rin. A cada paso que daba, la curiosidad invadía mi cabeza.
"¿Para qué querrá Rin que vaya?".
Claro, que en esos momentos mi mente estaba tan llena de pendientes que no podía pensar todo con claridad. Primero que nada estaba Makoto. ¿Por qué no podía pedirme para salir de una vez por todas? Luego, Nagisa. Desde que comenzaron las clases que no me había dirigido la palabra. Comenzaba a temer que se hubiera enfadado conmigo por rechazarlo el día anterior. Sumémosle los exámenes, pagar las cuentas, Arya y ahora Rin. Si hubiera sido posible, estaría echando humo por las orejas.
***
Él aguardaba en la puerta de la escuela. Me recibió con una sonrisa al verme. Tuve que ir con el guardia nuevamente, para que me colocara el cartel de "visitante". La escuela estaba en silencio, lo que significaba que todos estaban en clase. Me guio hasta la piscina, ya que podríamos hablar, puesto que ese día no había práctica con el club. Tome asiento en un banco junto a él.
-¿Qué sucede, Rin? ¿Para qué me citaste aquí? – pregunté curiosamente.
-Me gustas. – murmuró.
Abrí mis ojos sorprendida.
"¿Por qué todo esto me está ocurriendo?".
-Desde siempre – continuó Rin -. Fue doloroso el irme a Australia, ya que creía que durante mi ausencia tú volverías y no podría verte, esa fue una de las razones por las que volví. Por ti, ___. Pero sabía perfectamente que amabas a Makoto y no quería interponerme. Ahora me doy cuenta de que fui un cobarde. Si tanto te amaba tendría que haber luchado por ti. Es por eso que ahora daré todo por conseguir tu corazón.
-Rin... - dije con ojos lagrimosos tratando de retroceder, pero Rin me tenía agarrada del brazo -. No entiendo...
Rin me tomó por los hombros y me acercó bruscamente a su rostro, para poder besarme. Traté de empujarlo, pero él era muy fuerte y no pude separarme de él. Cuando el aire se agotó, me separé. Rin parecía arrepentido de haberlo hecho, pero en ningún momento lo dijo. Al separarme, pude ver perfectamente a Makoto, observando tristemente en la puerta.
"¿Qué hace él aquí?".
-Makoto... - me levanté, dispuesta a ir hacia él, pero dio la vuelta y salió corriendo fuera de Samezuka.
Yo iba detrás de él, bastante lejos, ya que no era muy buena en deportes. Gritaba y le pedía de mil maneras que se detuviera, pero no me hacía caso. Paró en la playa, se había cansado de correr.
-Makoto – apoyé mi mano en su hombro y se soltó bruscamente, lo que hiso que me asustara -. Déjame que te explique...
-No tienes nada que explicarme – dijo fríamente, con el ceño fruncido. Sentí como si una bala hubiera impactado en mi corazón -. Después de todo, no somos nada.
-¿Te has enfadado conmigo? – pregunté con dificultad, ya nuevamente tenía un nudo en la garganta que me impedía hablar con claridad.
-Claro que no. – respondió sarcásticamente, haciéndome sorprender. ¿Dónde estaba el Makoto que conocía?
-No comprendo por qué te enfadas. – dije apretando mis puños.
-¿Ah, no? – enfrentó con enojo -. Dime, ¿Cómo te sentirías si vieras a la persona que más amas en el mundo besando a otra persona?
-¿Qué hacías en Samezuka? – pregunté, tratando de hacer caso omiso a su pregunta.
-Me pareció extraño que estuvieras enferma, ya que esta mañana te encontrabas bien – la voz de Makoto sonaba cada vez más llena de furia. Apretaba sus dientes y puños con fuerza -. Jamás imaginé que estuvieras con tipos como Rin...
-¡Makoto! – interrumpí comenzando a llorar -. ¿Acaso no confías en mí?
Soltó un bufido y se marchó, dejándome parada en medio de la playa hecha un mar de lágrimas. No iba a seguirlo, no quería que se pusiera peor de lo que estaba. Me dejé caer sentada en la arena, mientras abrazaba mi cuerpo con mis piernas. Trataba de parar de llorar, pero no podía. Sentí como alguien tomaba asiento a mi lado. Cuando giré mi cabeza, me encontré con Nagisa. Sonreí entre lágrimas, mientras él mantenía su vista fija en el mar.
-Escuché todo – dijo, haciendo que mi sonrisa se borrara -. No te preocupes, todo se arreglará.
-Nagisa lo lamento – agaché la mirada -. Solo que... tu eres uno de mis mejores amigos y no quiero que eso cambie. Tampoco quiero que tú estés mal por mi culpa.
Sentí el calor de Nagisa sobre mí. Me estaba abrazando. Correspondí enseguida, sin querer soltarlo. Apuesto a que a muchos les gustaría tener un Nagisa tan abrazable para los momentos en que están deprimidos. Yo tenía la suerte de tenerlo conmigo.
-Gracias, Nagisa. – murmuré sin soltarlo.
-¿P-pero por qué? – preguntó confuso.
-Por siempre estar ahí cuando te necesito. – respondí sonriendo.
Pasamos el resto de la tarde en la playa, hasta el momento en que el sol comenzaba a desaparecer por el horizonte. Lo acompañé a tomar el tren, ya que quedaba de camino a casa.
-Adiós, ___-Chan – se despidió antes de subir -. Ya no quiero verte llorar.
Me dio un guiñó y una de sus típicas sonrisas.
Durante el camino a casa reflexioné sobre todo lo que había pasado. Tenía que hablar con Makoto. Tenía que solucionar las cosas. Porque, tal y como dijo Rin, voy a luchar por la persona a quien amo.
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Desde la primera vez| Makoto Tachibana y tú ©
Fanfiction___ no era una niña muy sociable. Sin embargo, disfrutaba de la compañía del único niño en su clase que le ofreció su amistad. Makoto era su nombre y era un niño muy tímido y cerrado, pero a la vez inteligente. Cierto día, la amistad entre ___ y Ma...