- Ya podemos salir – Maritza se alejó de la ventana, mientras los primeros rayos del amanecer aparecían.
- Bien – Dijo Harry entrando de nuevo en la habitación ocupada por Halle.
Al fijar su mirada en la cama, se percató de que Halle no estaba en ella, terror invadió todo su cuerpo, mientras trataba de averiguar cómo había escapado, el soplo del aire helado, le dio una pista.
Volvió la mirada y encontró justo lo que esperaba, la ventana se encontraba abierta de par en par, se acercó hasta la cama, que aún estaba tibia, eso solo podía significar que Halle no estaba lejos, con paso apresurado salió de la habitación.
- ¿Qué sucede? – David cada vez estaba más nervioso.
- Halle no está – Inmediatamente, todos salieron en busca de Halle.
En la mente de Harry, miles de imágenes atroces surcaban su mente, trataba de mantenerse en calma, pero después de anoche, la calma ahora era una utopía, recorrió el camino hacia el oeste, mientras Maritza el norte, David el sur y Denisse el este.
Trato de encontrar su cabello rojo entre la maleza de los ahora entintados árboles, casi del mismo color que su cabello.
La oscuridad cada vez era menos, por lo cual facilitaría la búsqueda, pero traería un gran problema si los encontraban fuera del castillo.
Una mano tocó el hombro de Harry haciendo que este se sobresaltara, al ver que se trataba de David, dio un suspiro de alivio.
- Ven – Lo halo
- ¿La encontraron?
- Sí – dijo David con una sonrisa en su rostro
- ¿Está bien? ¿No le sucedió nada?
- Tranquilo Styles, Halle esta perfecta, solo acércate para comprobarlo – caminaron solo unos metros y se encontraron con un espectáculo digno de la naturaleza.
Halle se encontraba riendo, para Harry esa risa significaba vida, jugaba con el agua del rio, mientras Darl se encontraba con ella, hacia volar por los aires al pequeño elfo, mientras él reía.
Harry sintió como su corazón se hinchaba y por un momento pudo olvidar todo el mal que asechaba, solo quería guardar ese momento para siempre en su alma, mente y corazón.
- ¿Por qué no le dices lo que sientes? – David interrumpió sus pensamientos.
- Porque justo ahora... Si lo dijera, sé que no podría soportar perderla.
- No tienes por qué perderla
- Pero...
- El tiempo es oro Styles, es mejor decir lo que sientes antes de que sea muy tarde.
Harry solo se quedó callado, ahí, contemplando la belleza, mientras su corazón latía desesperadamente, desde el momento en que conoció a Halle, supo que ella era diferente, no importaba si la madre de Halle había asesinado a su padre, él la amaba mucho, desde que sus ojos se encontraron por primera vez en aquella estación de tren.
Halle de pronto sintió una mirada intensa detrás suyo, al volverse, se quedó totalmente petrificada, Styles parecía sacado de un cuento de hadas, mezclado con alguna novela erótica de las que solían leer sus tías.
- Hola – susurro con nerviosismo - ¿Cuánto tiempo llevas ahí? – Tomo a Darl entre sus brazos y subió hasta donde estaba Harry.
- ¿Por qué te fuiste? – Harry contraataco. Halle bajó la mirada, tratando de encontrar las palabras adecuadas.