Ackerman se encontraba en el despacho de Helga Alger, la pobre profesora lo observaba con odio contenido, temía por la vida de sus queridos alumnos, sabía que se avecinaba una época de oscuridad total.
- Solo eso pido a cambio de mantener con bien a los alumnos - la profesora Alger lo pensó con detenimiento.
Sintió como su corazón se oprimió ante tal petición, camino hasta la pequeña ventana de su despacho, observó la caída de la nieve, antes parecía amarlo, ahora lo detestaba.
- Has retrasado los juegos al menos un mes, me debes esto - Ackerman sonrió con autosuficiencia.
- ¿Crees que cooperará contigo? - La mujer sabía perfectamente que no sería nada fácil convencer a Olimpia.
- ¡Por supuesto! - Ackerman se levantó con demasiado entusiasmo - Esa chiquilla está completamente corrompida - aquello hizo detener la respiración a la profesora Alger.
- ¿Como dices? - se volvió esta vez hacia él, sentía como cada parte de su cuerpo comenzaba a perder calor.
- Aquella bruja, la que está dentro de la orden, vino a verme - Por la mente del hada pasaron solo dos rostros, más sin embargo no dijo nada - ella me dijo absolutamente todo ¡Halle Darlyn mató a los soldados! - grito con furia Ackerman descolocando por completo a Helga Alger.
***
Muy lejos de ahí, Abby caminaba buscando aquello que su madre le pidió años atrás, antes de ser injustamente encarcelada en aquél castillo.
- Mi ama - el pequeño ser titiritaba de frió, en Irlanda raras veces nevaba en las montañas , más sin embargo sabía que en Alemania había comenzado a nevar, significaba el principio del fin.
- Lo sé - respondió en un susurro - no es nada bueno que haya comenzado a nevar en Baviera.
Abby se volvió hacia el pequeño troll, a pesar de su aspecto poco agraciado, era un buen acompañante, lo tomó en brazos y lo cubrió con su capa de viaje.
Su viaje había comenzado hace más de un mes, más sin embargo aún no lograba encontrar aquello que buscaba. La tía Agatha había sido de gran ayuda en Dublín, ahora mientras se adentraba a Cork, sentía como la magia comenzaba a cobrar vida.
- Ya casi llegamos Satin...
***
- ¿A donde planeas que huyamos? - Fernanda estaba vuelta un lío, caminaba de un lado a otro, mientras Niall, Liam, Louis, Eine y William la observaban.
- ¡No lo sé! - grito con desesperación Eine - pero debemos salir de aquí, hace unas noches escuche a David... - la voz se le quebró ante las lagrimas.
- Aún no es tarde para salvarlo - Liam trató de reconfortarla.
- Es tarde - William suspiró con pesadez - debemos efectuar un plan para sacar de aquí a la mayor cantidad de alumnos posibles.
- Me siento como en una gran conspiración - Louis gimoteaba con alegría mientras Eine rodaba los ojos, Tomlison y Hendel no se llevaban bien, evitaban incluso participar en lo que él otro haría.
- Es un escape, tonto - Eine se enfrentó a él ante la atenta mirada de los demás, Liam suprimió una sonrisa mientras cruzaba mirada con William.
Louis y Eine se enfrascaron en una tonta guerra de palabras, mientras Liam intentaba apaciguar la pelea y William reía abiertamente ante su increíble intercambio de sinónimos y sobrenombres.