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- ¿Me quisieras explicar porque estás tan rojo? - Aime se acercó a Harry quien había contemplado aquella escena en primera fila.
- No te interesa - Harry se alejó de ella.
- No tan rápido Styles - Aime lo tomo del brazo - Tienes que ser bueno conmigo o le cuento a la maldita orden sobre tu preciosa Halle - Harry se tensó por completo.
- Ser bueno contigo, no significa dejar que me enredes en tu sucio mundo - Aime soltó de golpe a Harry, quien sin decir más se fue corriendo en la misma dirección en la que ese chico se llevo a su dulce Halle.
Mientras caminaba por los pasillos del castillo, lejos del tumulto, necesitaba relajarse, pero Halle estaba mal y él debió haber sido quien acudiera en su ayuda no ese chico.
- Tranquilo Styles - Escuchó la voz de Niall a sus espaldas.
- Estoy tranquilo Horan - Se limitó a decir sin volverse a ver al rubio.
- Piénsalo de esta forma, con la protección de Rohde, Halle estará a salvo no solo de la orden sino de aquél hijo de la luna - Harry sintió como n balde de agua helada caía sobre él.
- ¿Como lo sabes? - Harry apenas pudo articular palabra
- Hay libros Styles, no se necesita ser un genio para descubrirlo - Niall bajó la mirada.
- ¿Sabes quién es Olimpia? - Niall se tensó por completo
- No.
Los Wiccans aunque no lo parezcan, son especialistas en guardar secretos, son fieles y eso hace que no revelen sus más oscuros secretos.
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William puso a Halle en una de las camas, se estremeció al ver las condiciones de aquel cuarto, al parecer los alemanes eran tan estrictos en cuanto a la salud de sus estudiantes que concebían que era atroz enfermarse.
El joven mago observo detenidamente a Halle mientras trataba de averiguar la razón por la cual no le resultaba irresistible, la pequeña pelirroja era realmente hermosa de una forma distinta a las alemanas, no era alta, pero tenía algo que haría volver loco a cualquier hombre.
A pesar de que sus ojos lucían tristes y vacíos, sabía que dentro de ella había un gran corazón, no por nada su tío parecía guardarle un enorme cariño en el poco tiempo que la conoció.
- ¿Que guardas dentro Halle Darlyn? - Le preguntó silenciosamente, mientras tomaba su mano y sentía una profunda conexión con ella.
- ¡Halle! - Escuchó un grito desesperado que venía desde afuera de la habitación. al volverse se encontró con el mismo chico que había estado observando en el vestíbulo del castillo.
Harry paró en seco al ver como el chico sostenía la mano de Halle, la ira y celos hirvieron en su interior.
- ¿Que se supone que estás haciendo? - Harry le preguntó con los dientes apretados.
- Ayudándole a sanar - Dijo William mientras pequeñas ondas de energía surcaban el cuerpo de Halle.
- No está herida - Harry por fin entró en la habitación y caminaba con la elegancia de un tigre al asecho.
- Físicamente no - Concordó William - Pero su tristeza se puede percibir a kilómetros - Harry finalmente comprendió a lo que se refería.
- Yo puedo sanar su corazón - Los ojos azules se encontraron con los cálidos ojos de Harry mientras sonreía con asombro.
- Si realmente la amarás, no estarías con esa hada - Harry sintió como si un fuerte golpe diera directo en su estomago.
- ¿Qué?
- Soy una persona realmente observadora, vi el dolor en los ojos de la Srta. Darlyn cuando estuviste cerca de esa hada.
- No es de tu incumbencia...
- De ahora en adelante la Srta. Darlyn es de mi incumbencia - Dijo William con especial cariño, mientras Harry sentía como todo en su interior iba a explotar ¿Cómo se atrevía a siquiera posar sus ojos en Halle? - Tranquilo, no estoy interesado de esa forma en la Srta. Darlyn - William soltó su mano y se dirigió hacia la salida - Si quieres un consejo - Se detuvo al lado de Harry - Esa hada es peligrosa, es mejor que te alejes de ella o cuando la orden vaya en su caza tú podrías también ser apresado.
Harry se quedo completamente mirando hacia el vació - ¿Quién eres? - Susurro la pregunta.
- Alguien que quiere lo mejor para la Srta. Darlyn, ella no sería feliz si te viera morir.
William por fin salió de la habitación con una sonrisa, mientras hizo la conexión con Halle comprendió porque su tío quería demasiado a esa Wicca.
- Es como ella, pero con la bondad de él - William sonrió y siguió su camino, sabía que sería realmente difícil para esos dos amarse abiertamente y más con los tiempos oscuros que amenazaban al mundo mágico.