Harry sentía como la impotencia terminaría con su poca paciencia, todo era una autentica mierda, mezclada con dolor.
Halle se encontraba aún sollozando en la cama que se encontraba en la habitación, mientras Harry suavemente acariciaba su cabello, tratándole de dar calma, finalmente Halle se durmió y Harry pudo dejarle solo un momento, para enfrentar la situación.
- ¿Como está? - Maritza preguntó con nerviosismo, al ver salir a Harry de la habitación.
- Mal - respondió el castaño.
Después de aquél incidente, no podían salir del bosque, pues sería un gran peligro, todos sabían el riesgo que corrían si se atrevían a volver esa noche al castillo, Denisse, les habló sobre una cabaña en las entrañas del bosque, no tuvieron más opción que seguir a la morena, Halle no había pronunciado palabra alguna y Harry comprendía.
- ¿Que haremos? - David por fin se había atrevido a hablar después de horas.
- Lo primero, violar la seguridad del castillo para no levantar sospechas - Harry se recargo en la pared con pesadez.
- ¿Quién hubiera creído que Charmed School no es tan aburrida? - Dijo Denisse con burla.
- En realidad - Comenzó Maritza - Ni siquiera el mundo se tornará aburrido de ahora en adelante - Culminó con un suspiro.
Mientras las llamas de la chimenea crispaban la leña, todos estaban pensando en alguna solución.
- ¿Crees que la reconozcan? - Preguntó Denisse rompiendo el incomodo silencio.
- Lo dudo mucho - Harry dijo con tristeza.
- Explícate Styles - David lo alentó.
- Como lo habíamos dicho antes, Olimpia es una intrusa en el alma de Halle, no son la misma persona - Harry comenzó a caminar de un lado a otro - Olimpia tiene los ojos azules, el cabello mucho más claro que Halle y su mejilla...
- ¡Dilo Harry! - exclamo Maritza al borde del colapso.
- Tiene una cicatriz... - Harry recordó vagamente un relato de su madre y de la misma orden un año antes de la llegada de Halle al castillo.
- No comprendo...
- No estoy seguro, pero debemos hallar todos los libros de wiccans del colegio, Alemania y por sobretodo de Irlanda - Dijo seriamente Harry.
- ¿Para qué exactamente?
- Comprobar o descartar mi teoría - Sin decir más, ingreso de nuevo a la habitación, dejando a tres pobres chicos con una tarea de lo más difícil.
- ¿Desde cuándo maduro tanto? - David estaba sorprendido por la actitud de Styles
- Desde que se preocupa por alguien más aparte de él - Denisse y David sonrieron.
- Tengo miedo - Dijo por fin Denisse - Esto es una guerra y todos sabemos la consecuencia de ella.
- Iremos a Irlanda, allá nada nos pasará...
- ¿Puedo llevar a Louis conmigo?
- Llevaremos a quienes sean necesarios - Maritza sonrió, pero su corazón estaba intranquilo.
Harry entró en la penumbra de la habitación, muy pronto sería luna llena y eso significaba solo una cosa, Halle nunca se había percatado de ello, pero un nuevo elemento aparece en su pentagrama en luna llena.
Se acercó a la cama, donde un ángel, que albergaba un gran mal en su interior, parecía estar lejano a todo el mal y caos que se había desatado.
Llevo sus manos a su rostro, mientras sentía como las lagrimas inundaban su rostro, esto no se trataba solamente de una guerra cualquiera, era un guerra tan inmensa que no solo seres mágicos perecerían, esta vez, incluso los humanos sentirían el caos, mucho más fuerte que sus guerras, ellos no contaban con armas para defenderse, serían masacrados, junto con todo aquél ser que fuese una amenaza para su perfecto equilibrio.
- Harry - Susurró Halle entre sueños.
***
- La luna de sangre será en poco menos de ocho meses - Dijo uno de los miembros de la orden, mientras Ackerman escuchaba atento y trataba de mantener la calma.
- Señor Flow - Ackerman se levantó de su silla - Creó que todos sabemos lo que ocurrirá en ese momento, quiero soluciones, no más preocupaciones - Dio un fuerte golpe a la mesa.
- ¿Que sugiere general? - preguntó Flow al general Gmal.
- Adelantar los juegos, entre más pronto descubra su identidad... Más pronto podremos destruirla y con ella, a todos los demás seres como ella.
- Mi señor - un soldado se atrevió irrumpir en el recinto - Hay un soldado mal herido que quiere hablar con usted - Los ojos fríos de Ackerman, mostraron interés.
- Hazlo pasar - Dijo simplemente.
Todos los presentes aguardaron, hasta que un soldado mal herido entró en el recinto, su piel estaba demasiado chamuscada, pero llevaba la encomienda de Olimpia.
- Ha regresado - Solamente pudo decir esas palabras, antes de arder en llamas frente a una horrorizada orden.
- Cambio de planes, se acepta la sugerencia del general Gmal y quiero a todos las abominaciones de la magia fuera de este castillo mañana antes del atardecer.
***
- ¿Estás bien Niall? - Fernanda se acerco hasta el rubio, quien miraba por la ventana.
- No quiero morir... - Las palabras de Niall, hicieron que su corazón se rompiera en mil pedazos.
- No morirás... Te lo prometo - Niall cerró los ojos y abrazó a Darl hacia su pecho, mientras gruesas lagrimas recorrían las mejillas del elfo, mientras musitaba un silencioso "sí"
