Ayer encontré una foto nuestra y me puse a pensar mientras la veía arder.
Siempre supe que no duraríamos para siempre. Siempre supe que el día llegaría. Siempre lo supe y me negué a aceptarlo.
Me obligué a mí misma a creer que nuestra historia duraría mil capítulos y no existiría un final que no fuese feliz.
Y acá estoy ahora, recordándote, con el libro acabado y millones de recuerdos que quisiera poder quitar de mí cabeza.
El final no fue feliz. Me he mentido a mí misma desde la primer pagina.
No te he visto desde que octubre llegó y ojalá pudiese decir que no me importa; pero la verdad es que me está matando no saber nada de la persona que marcó mi vida.
No dejo de repetir en mi mente que te extraño. Y la verdad es que no sé si eso es cierto.
Tal vez es porque no me acuerdo cómo vivir sin tu presencia cercana, indicándome qué debo y no hacer. O tal vez es porque las personas ahora hablan más conmigo y ninguna se parece a vos. Tal vez sea que tengo que aprender a no obedecerte.
De alguna forma u otra, no entiendo bien si te he extrañado o no.
Es difícil saber quién sos y qué estás haciendo, después de que alguien te haya guiado erróneamente por tanto tiempo.
Sé que soy la misma chica de antes.
Pero tampoco soy esa.
Es complicado. Y no me gusta tener ésta incógnita en la cabeza todo el día.
A veces me gustaría que estuvieses conmigo. Y así reclamarte por mi vida de mierda.
Tal vez, de esa forma, yo podría saber qué hago en este mundo.
O tal vez no.
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Un octubre sin vos
KurzgeschichtenSentáte, voy a contarte una historia sobre nosotras dos. Y sí, sé que no te importa.