Tarea. 19

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Me pasé todo el fin de semana llorando y a oscuras por el gran apagón.

El lunes, a la hora en al que solíamos salir de la escuela, tocaron el timbre de mi casa mientras mi mamá trataba de decidirse entre ordenar su ropa por color o estación.

Había una chica castaña mirándome con ojos contentos cuando abrí la puerta. Era la vieja amiga de la que te hablé. Me sorprendí al verla parada en la puerta de mi casa después de tanto tiempo. Y también en alegré. Me alegré mucho.

Se presentó como si nos conociéramos y dijo que se había enterado de lo que pasó con la otra chica. Ella creía que yo tenía razón al haberla golpeado porque aquella chica era una zorra. Me trajo su cuaderno para que copiase lo que hacían en clase y prometió volver al día siguiente. Eso me entusiasmó.

Me emocioné tanto que sonreí.

Pensé que tal vez al fin algo que no esté relacionado con vos me estaba saliendo bien.

Podría tener una nueva amiga que no me tratara como solías hacerlo y tendría a alguien con quien a hablar sobre el dolor que tu hermano dejó en mi corazón
.

Parecía un buen plan.

Y la mejor parte es que no te incluía.

Un octubre sin vosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora