Volví a la escuela la semana siguiente. Tenia tu mensaje escrito a mano en una de las hojas de mi cuaderno de física. No quería despegarme de él, pero tampoco dejaría que nadie lo vise. De algún extraña forma, me daba fuerzas para seguir y darle un final a aquella pesadilla.
Tu mensaje era nuestro final secreto. Nuestro único verdadero secreto. Nadie podía enterarse que aun nos queríamos. Solo nosotras lo sabríamos.
Ese fue nuestro pacto. El perdón y el borrón. Olvidamos esa tristeza que todavía se puede sentir.
Aún no he podido dejar ir todo lo que hiciste. Me duele el pecho cuando pienso en vos.
No sé si está bien, si es normal querer tanto a alguien.
Tengo un hermano y su partida a la universidad no me dolió tanto como la tuya. Tal vez fue porque títere sin titiritero no es nada, o tal vez simplemente te quería mucho. No lo sé.
Y quiero encontrar un final par este cuento tonto que no logro comprender, pero todos me devuelven a la noche de Agosto. La de nuestro final en la que me quedé en el tiempo.
Aun puedo verte partir con los ojos llorosos. Diste un portazo. Te grité que eras una drogadicta de mierda. Yo también lloré. Y ese fue el fin.
Todo acaba, con simples palabras, susurros o gritos. Y no me arrepiente de nuestro final. Pero a la vez si.
Hoy ya no quiero llorar. Hoy el dolor ya pasó.
El vídeo el que me golpean está en youtube. Tres mil visitas en cinco días. Soy una estrella no deseada. Pero estoy bien. Me duele todo el cuerpo y me van a quedar cicatrices. Pero estoy bien.
Vale la pena ver aquellas marcas en mi piel. Algún día recordaré que le rompí dos dedos a alguien
Y sonreiré. Sabré que fue por las dos. Un par inigualable.
Un par casi olvidado en el tiempo.
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Un octubre sin vos
Short StorySentáte, voy a contarte una historia sobre nosotras dos. Y sí, sé que no te importa.