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ㅡ¿__? ㅡSehun me miró mientras nos dirigíamos hacia los elevadores.

ㅡ¿Sí? ㅡdije lo más cortante que pude.

ㅡ¿Puedo tomar tu mano? ㅡsu voz sonaba un poco triste.

No puedo con este hombre.

Es bastante perfecto para estar con alguien como yo...

Alargué mi mano y la entrelacé con la suya.

Miré de reojo a Sehun, sonreía, pero aún se veía triste. Empecé a hacerle caricias a su mano con mi dedo pulgar, sólo para darle a entender que no estaba del todo molesta con él.

Entramos en silencio al elevador y oprimí el botón de planta baja. Nadie hablaba. En nuestro mundo, sólo se escuchaba la voz que anunciaba el número de piso y el sonido de los cables que sostenían al ascensor. Algunas personas entraban y salían de este, riendo o simplemente conversando.

Sehun no soltó en ningún momento mi mano.

Cuando al fin llegamos a la planta baja y caminamos hacia el estacionamiento, localizamos su auto, él quitó el seguro, me abrió la puerta y soltó mi mano para dejarme subir.

ㅡGracias... ㅡmurmuré.

Sehun sonrió de lado y se volvió al lado del conductor para emprender la marcha hacia su casa.

Permaneció callado todo el recorrido. ¿Por qué se estaba comportando de esa manera?

¿Por mí? ¿Por la tal Dara?

Después de 15 minutos, que más bien me parecieron casi 2 horas, llegamos a su casa.

Él me ayudó a bajar de su convertible y volvió a tomar mi mano para llevarme dentro de la casa. Cerró la puerta y se recargó en ella con la cabeza hacia abajo, mientras yo estaba de pie frente a él.

ㅡSehun, tenemos que-

No pude continuar con lo que quería decir porque Sehun se encontraba ahora besándome como jamás lo había hecho antes durante nuestra relación.

Lo estaba haciendo de una manera salvaje.

Aún estaba en shock. Reaccioné cuando Sehun puso las manos en mi cintura y me recargó a una pared.

Pasé los brazos por su cuello y lo acerqué más a mí para seguir el ritmo de su beso.

Una de sus manos se dirigió a mi pierna para levantarla y ponerla a la altura de su cadera.

Gemí cuando sentí que empezaba a frotarse contra mí y algo duro se mantenía aún debajo de su pantalón.

Dirigió sus besos a mi mandíbula, luego a mi cuello, donde empezó a hacer chupones, que sin duda dejarían una gran marca para el día de mañana.

Con un poco de torpeza, llevé mis manos al borde de su camisa para poder quitársela, él me ayudó levantando los brazos. Finalmente cuando pude sacársela la lancé a algún lugar, el cual realmente no me importaba mucho.

Sehun no quitó mi blusa; la rompió. Por suerte no era de mis favoritas. Dí un brinquito, enredando las piernas alrededor de su cadera, él posó sus manos en mi trasero para sostenerme y caminó hacia su habitación, lo supe en el momento en el que me dejó caer en su cama.

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