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ㅡ Mujer, quita esa cara, ¡hoy es tu boda! ㅡdijo Hye Mi viendo cómo me maquillaban.

ㅡ ¿Crees que tenga tan mala suerte como para equivocarme?

ㅡ Equivocarte, ¿en qué?

ㅡ Al caminar hacia Sehun, al dar los votos, ¡no sé! Siento que soy tan torpe que algo malo me va a pasar.

ㅡ Señorita, deje de hablar, por favor ㅡme pidió la maquillista.

Asentí y me dediqué a sólo escuchar a mi amiga.

ㅡ Como sea, disfruta tu boda, bonita ㅡabrió un poco la gran tienda de campaña/carpa y respiró fuerteㅡ. Estamos en la playa. Ya sabes lo que dicen, en el mar, la vida es más sabrosa ㅡdijo haciéndome reír.

La maquillista puso mala cara, así que volví a ponerme seria.

ㅡ ¡Sólo faltan un par de horas! Algunas personas ya están llegando ㅡme avisó.

ㅡ ¿Enserio? ㅡhablé sin mover mucho los labios.

ㅡ Sí ㅡsuspiróㅡ. Siempre había querido estar presente en una boda en la playa, es tan bonito. Es algo mágico.

Asentí y seguí escuchando parlotear a mi mejor amiga/cuñada.

Después de una hora, la maquillista terminó de arreglarme; maquillaje natural —porque estábamos en un lugar en donde hacía mucho calor— y mi cabello lo dejo suelto, únicamente lo onduló para que tuviera una mejor caída. Le agradecí por el buen trabajo, a lo que ella sólo respondió con una leve sonrisa.

— Muchas felicidades por su boda —la maquillista hizo una leve reverencia y salió de la tienda, dejándome a solas con Hye Mi.

— Ya no hay ningún asiento disponible —habló Hye.

— ¿Enserio? —pregunté y me acerqué hasta ella para comprobar lo que me había dicho, y sí, era cierto. La mayoría de mis invitados estaban presentes.

Busqué con la mirada a Sehun, se supone que estaba mal que el novio y la novia se vieran antes de casarse, pero yo realmente quería echarle un pequeño vistazo a él y su perfección.

— Creo que es mejor que me vaya —murmura mi amiga saliendo del lugar.

Arrugo el entrecejo y veo a Yeol entrar junto con mamá. Ambos venían muy callados.

— ¿Mamá? ¿Qué pasa?

Al escuchar mi voz, mi madre comienza a llorar y lo único que puedo hacer, es abrazarla con todas mis fuerzas. Siento unos brazos rodearme y sé que es Chanyeol.

— Perdón —murmuró entre sollozos.

— ¿Por qué?

— Por no ser una buena madre.

— Pero, ¿qué dices? Eres la mejor.

— ¿Enserio? —asiento. Se separa de nosotros y sonríe levemente—. Pero qué hijos tan guapos tengo —su sonrisa se amplía un poco más—. Ya no son los bebés que lloraban todas las noches cuando tenían hambre. ¿Por qué el tiempo tiene que pasar tan rápido?