CAPÍTULO 25

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Melisa había quedado abatida después de jugar unas 12 veces más. Claro que sus tiros no le salieron perfectos, pero iba mejorando uno tras otro.

David estaba orgulloso de su alumna, aunque el también estaba exhausto. Por ello, la tomo le la mano y le dijo:

– Vamos a comer algo.

– Bien – respondió, enredando sus dedos con los del chico –. Yo invito, ya que tu pagaste el juego.

Él negó con la cabeza.

– Esto no sería una cita, si yo no pagara por ti – comentó, sorprendiéndola –. Además, es cosa de caballeros.

– Bueno...

Salieron del lugar y buscaron el local de comidas rápidas más cercano.

– ¿Te apetece una hamburguesa? – le preguntó él, al entrar.

– Con papitas, por fa – respondió ella.

– Vale – rió, viendo lo tierna de su expresión.

Buscaron una mesa y fueron atendidos rápidamente.

– Entonces, ¿la próxima semana vuelves a clases?

– Claro – contestó Melisa –. Tengo mucho de que adelantarme.

– No es tanto, lo importante es que vayas.

– ¿Me has extrañado? – cuestionó, bromeando.

– No tienes idea.

Un silencio cubrió el ambiente, al igual que un rubor las mejillas de ambos.

– Yo también te extrañe – se atrevió a decir, después de un rato.

David le sonrió.

– ¿Ves? Por eso tienes más razones para regresar. Y todos tus amigos igual. – De un momento a otro, frunció los labios – Hasta Fabio te extraña.

Ella noto la incomodidad que tenia él al pronunciar ese nombre. No se hizo ilusiones, aunque se le ocurrió molestarlo un rato a ver qué pasaba.

– ¿Sí? – preguntó, luciendo entusiasmada –. ¿Qué dijo?

Él apretó los puños que tenia encima de la mesa.

– Que le gustaría volver a verte y se preguntaba que había pasado contigo.

– Que tierno de su parte.

– Sí, ya veo – comentó, un tanto molesto.

– La pasamos tan bien aquel viernes. Me gustaría volver a salir con él.

David no pudo aguantar más y exploto.

– ¿Por qué no lo haces? – propuso, cínicamente –. En vez de estar aquí conmigo.

Ella quedo atorada con sus propias palabras.

– Oye, no te enojes – pidió, consciente de su error. Puso sus manos encima de las de él –. No tengo nada con Fabio.

– ¿Ni siquiera te gusta?

– No, me gusta alguien más.

David destemplo sus puños y hundió sus manos con las de ella.

– Y, ¿Qué pasa con él?

– Al parecer, no se da cuenta de que lo quiero – respondió, mirándolo fijamente –. O se está haciendo el ciego.

– Afortunado...

– ¿Uh?

– Es afortunado porque tú lo quieres.

"Sí, lo eres"

No hablaron más. Su comida había llegado y el silencio vuelto a caer.

Incluso, de camino a casa, la conversación fue nula. Ambos andaban perdidos en sus conflictos amorosos internos.

David se debatía en besarla o no. Mientras que Melisa se recriminaba por haberle confesado, indirectamente, que lo quería.

Llegaron hasta la casa de la chica.

Se iban a despedir como era común; con un abrazo o un choque de palmas. No obstante, él se quiso aventurar. Quiso dar el siguiente paso, aunque fuera rechazado.

La tomo del brazo, obligándola a mirarlo.

– Mel... – respiró, preparándose –. Tú eres grandiosa, lo deberías saber. Sea quien sea el chico que te gusta, créeme que no sabe la fortuna que tiene ante él. También sé que tu lo debes apreciar demasiado pero...

Los ojos de ella lo miraban expectante.

–... a mi me importas de sobremanera y no quería irme sin dejarte claro esto.

Después de esto. Conecto sus labios a los de ella. Un encuentro tan fugaz y, a la vez, tan apasionado.

Sus labios se rozaron tímidamente y él se asusto al no sentirla corresponderlo.

Se separó, dando 2 pasos hacia atrás.

Ella estaba quieta, sin ninguna emoción en la cara.

"Diablos, ¿Qué he hecho?"

David no supo qué hacer y, como ya se le hacía costumbre, salió corriendo de allí.

Melisa se dejo escurrir contra la puerta de su casa, sintiendo con un remordimiento muy pesado.

– Eres tan... tonta – se dijo, a sí misma –. Debiste besarlo...

Y de allí, se fundió en lagrimas viéndose insegura, tal como en el momento en que él la había besado.

Nota de Autora:

Aquí se los traigo, otro capítulo de una... Hoy estoy muy imaginativa y SÍ, LO HICIMOS. Por fin, SE BESARON. Esto es tan tierno...

Pero que perra Melisa al hacerle eso... hasta yo lo pienso.

En fin, nos vemos en otro cap.

Os quiere, un montón...

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