CAPÍTULO 34

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Se encontraban en un restaurante cercano a la clínica. Ambos esperaban su comida, mientras hablaban de temas triviales.

Por otro lado, David esperaba que ella hablará de los problemas con Martin. Pero, cada vez, se hacía más larga la espera.

Decidió no darle más tiempo y le preguntó sin miedo.

- ¿Hay algo más que deba saber de ti?

Ella había creído que él ya había olvidado aquello por eso no supo que responder.

- ¿Qué pasa, Melisa? - preguntó, al ver que no iba a hablar.

- Nada, amor - respondió, sonriéndole falsamente -. Solo estaba pensando.

Él se sonrojó.

- Me dijiste amor - recalcó.

Melisa se inclinó y le dio un suave beso.

- Te quiero - agregó, al terminar.

- Somos dos - contestó él.

Ella rió, percatandose de que había logrado evadir la pregunta. No obstante, David seguía con la pregunta en la punta de la lengua.

- Entonces, me ibas a decir si tenias alguna otra cosa que contarme.

- Yo...em...no - dijo, después de unos intentos.

- ¿No?

- No, nada - dijo seca y bajo su mirada.

Él apretó sus labios e intentó no parecer decepcionado.

- Ya veo.

- Y, ¿tú? - preguntó Melisa.

- Tampoco - devolvió de la misma forma.

Ella volteó su cabeza, algo triste y no le habló en toda la comida. De igual forma, él tampoco quería conversar y había sido ella la de la falta.

Comieron y David pagó la cuenta, como todo el caballero que seguía siendo. Él la llevo a un centro comercial para ver si podían arreglar sus problemas en el arcade o viendo una película.

Y allí fue donde las cosas empeoraron.

Iban por uno de los pasillos, tomados de la mano, cuando alguien los interceptó. No podía ser peor, era Lorena.

- Hey, David - saludó animada para, luego levantar una ceja -. Melisa.

La chica prefirió no responderle nada malo. Ella no era fanática de las peleas.

- Hola, Lore - respondió él.

"¿Él le había dicho Lore? No puede ser así, maldito."

- ¿Que hacen por aquí?

- Dando una vuelta con mi chica - contestó David.

Melisa sonrió.

"Soy su chica y tú no."

Lorena hizo una mueca.

- Que bien. ¿Todavía nos vamos a ver el martes?

"¿Qué diablos está pasando aquí?"

- Claro. Te espero - respondió su novio.

"No, no, no. Él no me puede engañar."

- Recuerda que estamos juntos.

"Esto es el colmo. Me largo."

Se soltó de de su mano y salió a correr.

- ¡Mel! - gritó él.

- No la persigas - recomendó Lorena.

- No puedo perder algo tan valioso.

Y salió detrás de su chica.

Un piso abajo, los pies de Mel fallaron y se fue al suelo.

- Por fin te puedo cojer - anunció David, levantándola.

- Eso sonó muy pervertido - comentó ella, luego apretó sus labios -. Y no me vuelvas a hablar.

Se separó de él, otra vez, y empezó a caminar. Él la detuvo tomándola del brazo.

- No es lo que tu crees, Mel - le dijo, posando su mano en el mentón de ella -. No tengo nada con Lorena. Tu sabes que mi corazón siempre será sólo tuyo.

- No quiero explicaciones.

- Pero, nena, no te estoy mintiendo. Tu eres la única que quiero y creo que...

- No lo digas - le calló, antes de que dijera "Te amo" -. No es cierto.

- Yo sí lo hago.

- Sí fuera así, no estarías  con Lorena.

- ¡No estoy con ella! - exclamó -. Simplemente soy su tutor de física y, como no le está yendo bien, la voy a ayudar con su proyecto de física.

Melisa meditó aquellas palabras y negó con la cabeza.

- Necesito estar sola - afirmó y se separó de él -. Nos vemos, David.

Se fue. Él no la persiguió, supo que ella necesitaba un tiempo y él quería darle todo lo que ella quisiera.

Nota de Autora:

Hola. Aquí empieza un maratón indefinido de fin de semana. Desde hoy, viernes, hasta el lunes que es festivo en mi país.

Espero que les haya gustado el capítulo y gracias por leer.

Por cierto, ¿qué tal la nueva portada?

Nos vemos.

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