Capítulo VII

1.7K 109 12
                                    

Culpemos al Tequila

-Sofía-

Mi respiración estaba acelerada, no tenía claro si lo que acaba de pasar eran alucinaciones mías provocadas exceso de alcohol en mi organismo, pero todo se hacía real al ver reposar su tarjeta en mis manos; sus razones al darme aun parecen confusas de igual modo en mis panes no estaba llamarlo, ahora como se suponía que terminaría de rendir mis exámenes sin morirme de vergüenza al verle la cara al profesor Ortiz. Definitivamente este sitio solo me traía traumas y problemas en los que yo solita me metía.

Tuve la buena suerte de que nadie aparte de oportuno amigo entrar justo en el momento en que estuvimos a punto de besarnos. Sinceramente no me parecía nada lógico el hecho que haya considerado besarme, maldición si estaba casado, y en que estaba pensando yo cuando subí al escenario a cantar precisamente esa canción. Lave nuevamente mi rostro y abandone aquel baño antes de que mis amigos vinieran en búsqueda con preguntas no tenía una respuesta convívete para que la situación no se convirtiera en un interrogatorio revienta ovarios.

Camine de regreso hasta nuestra mesa en donde mis ojos instintivamente se fueron a recorrer la barra, pero el ya no se encontraba ahí, quizá se arrepintió de todo lo que hizo y salió corriendo de aquí, cosa que se supone que debería haber hecho yo, ya que todo lo que había hecho en este lugar hasta esta hora había estado muy mal. Al llegar mis amigos me llenaron de preguntas como ya había intuido pero lo único que salió de mi boca fue un <<solo fue una canción, tampoco hay que darle tanta importancia>> respuesta que recibieron a regañadientes, pero ya no preguntaron nada más.

Eran casi las tres de la mañana y el lugar poco a poco estaba quedando vacío, después de lo sucedido fui ahogando mis recuerdos en tequila, pero aun así puede mantenerme en pie y pensar razonablemente, o eso creí yo. Julio interrumpió mis cavilaciones e ingesta desmedida a aquel elixir mexicano.

-Chicos creo que ya es hora de partir; ustedes mañana tienen clase y yo tengo que trabajar, así que déjenme pagar la cuenta y emprender el recorrido de vuelta a sus hogares - Todos asentimos mientras él se dirigía a la cajera con pechos de goma, en cuento lo vio comenzó a sonreír, pobre; si supiera que sus tetas para Julio era como ver rodillas o codos.

-Amiga mía, no creas que te vas a escapar de mí, aquí y ahora me vas explicando porque te entro la Trevi y te subiste al escenario a cantar - Pensé que Lu podía esperar hasta mañana, pensé mal. Me conoce demasiado bien como para intuir que mi interpretación de esta noche no salió solo del querer cantar cuando pase más de cuarenta ocho horas negando que lo haría.

-Nada especial, solo decidí cantar. Es tiempo de dejar los malos recuerdos atrás y enfrentarme a lo que el futuro tiene preparado para mí - Sofía para estar ebria has respondido muy bien, tienes un diez; me dije a mi misma.

-Ajá, per mí no me engañas tarde o temprano me vas a tener que soltar que pasa en esa cabeza loca tuya... - Ahí quedo ya que en ese momento Julio estaba frente a nosotros nuevamente anunciando que era hora de partir.

Llegue a casa casi con el amanecer ya que fuimos a dejar primero a Lucia. Lancé mi bolso al sofá y fui a la cocina por un vaso de agua, para mi sorpresa mi refrigerador estaba lleno, Dios bendiga a mis padres. Tome un tarro de helado de chocolate y me fui al sillón; me quite las botas, la chaqueta y me recosté tomando mi celular para preguntarle a Fer si habían llegado sin problema a casa, pero antes de empezar a escribir en vi la tarjeta que me había entregado el profesor Ortiz atravesó del case transparente de mi móvil. La tome sin pensarlo y el mensaje que se suponía que era para Fernando cambio de destinatario. Ahí apareció su WhatsApp en donde se veía una foto de él y su amigo de hace unas décadas atrás. Sin más mis dados empezaron a teclear como si tuvieran vida propia.

>Sofía.

Doctor Ortiz solo quería pedirle disculpa por mi comportamiento de esta noche, no quise incomodarlo ni crear una impresión errónea en cuanto a mis intenciones hacia usted, solo de pido que lo que paso solo se quede entre nosotros, Y Lucas. Buenas noches.

Pulse enviar sin la esperanza de recibir algún tipo de respuesta, eran las cinco de la mañana y de seguro él estaba durmiendo hace un par de horas y a mí el sueño se me había espantado así que tome el control y encendí la tele. No sé cuantos minutos habían transcurrido ya que mi concentración estaba en un capítulo de The Vamparies Daries; Elena y Damon harían el amor por primera vez <<maldita suertuda>> cuando mi teléfono dio un pequeño zumbido anunciando un mensaje. Quedé fría y sin respiración.

>Rodrigo Ortiz.

No pidas disculpas por lo sucedido hoy o en noches venideras que quedaran entre tú y yo. Sin Lucas presente.

Leí el mensaje unas veinte veces; este hombre quería seguía jugando. Yo también, pero sextear con el hombre que calificaría mis exámenes no era una buena idea. Es lo que pensaría si estuviera sobria, así que a partir de aquí lo que saliera de mis dedos seria culpa del tequila.

>Sofía.

El que su amigo no esté presente me hace querer vivir esas noches a la brevedad posible.

Envié el mensaje ansiando su repuesta, pero con la certeza que esto terminaria mal, muy mal.

>Rodrigo Ortiz.

Tus deseos son órdenes. Te parece esta noche en mi consulto. Tienes mi dirección así que te espero a las 8:00 pm. Tenemos mucho de qué hablar. Por cierto, linda foto ;).

Rápidamente fui a ver la imagen que tenía en mi perfil, no sabía si odiar o amar a Julio y su estúpido trabajo de fotógrafo, era las ultimas fotos que había sacado probando su nueva cámara ya que según el soy muy fotogénica.

>Sofía

Lo pensaré. Lo positivo es que esta vez sí está diciendo lo que piensa sin ayuda su amigo. Será mejor que vaya a descansar.

Respondí y sin esperar respuesta apague mi móvil y todo lo que estaba encendido en mi sala, camine pesadamente y me tire en mi cama sin siquiera sacarme la ropa, las imágenes de lo sucedido paseaban por mi mente mientras me iba venciendo el sueño.

Buenos Días ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora