Capítulo VI

1.7K 105 8
                                    

Un Medio Beso.

-Rodrigo-

Desde que la descubrí entre la gente la seguí a la distancia a cada paso que da. Decir que se veía hermosa seria quedarse corto, su forma de vestir me atrapa por el hecho de ser un rockero frustrado y ella con ese aire de groupies que no hacia otra cosa que volverme loco. Lo negativo de no haber disimulado ni un poco fue que Luca le puso rostro a las piernas que han torturado toda la noche. Si de él dependiera Zoe fuera la cornuda más grande del continente.

-Ya se conocen ve e invítala o juro que lo haré – Aseguro mientras hacia el ademan de levantarse.

-Tú no vas a ningún lado y muchos menos yo se te olvida quién soy y dónde estamos. Además, está muy bien acompañada – No me quiera dar la idea como si no lo hubiese pensado ya. No solo eso, en mis fantasías la saco a baila; quisiera saber que se siente tomarla por la cintura y pegar mi cuerpo con el suyo al ritmo de una sugerente melodía.

-Deja de pensar cómo seria, ve por ella - Sugirió mi amigo que a estas alturas el vodka le estaba empezando a afectar las neuronas al creer que haría algo como eso.

La seguí observando hasta que empezó dirigirse hasta nosotros, ¿Se habrá percatado que llevo la noche entera comiéndomela con la mirada?, viene a abofetearme por degenerado. Me giro en el taburete y solo logro verla por el rabillo del ojo.

Era tan malditamente deseable, salida directamente del mismísimo infierno, enviada a ser mi tentación en la tierra. Gracias al sudor de su cuerpo el vestido sea pegado más a su piel, tiene unos hermosos pechos, una cintura que mata y... Era mejor detenerme ahí. La tenía muy poca distancia pidiéndole sus consumiciones al barman cuando escucho a Luca hablar.

-Señorita; mi amigo piensa que usted tiene lindas piernas- No podía creer lo que estaba escuchando. Este imbécil hablaba más de la cuenta, juro por Dios que lo matare. No sabía qué hacer para salir de este incomodo momento y lo que hizo que mi boca actuara más rápido que mi cerebro.

- Disculpe, ¿señorita...? - Llevas toda la noche fantaseando con ella y ahora haces como que no sabes su nombre.

- Martínez, profesor; Sofía Martínez - Respondió algo apenada y podría decir que decepcionada. A la señorita Sofía le cayó mal que no recordara su nombre.

-Señorita Martínez, disculpe al importuno de mi amigo. Él es que piensa lo que acaba de decir solo que no sabe a hablar por sí mismo - Fue lo más creíble que salió de mis labios, un muy básico intento restarle importancia a la situación.

- No hay problema - Estaba sonriéndole a Luca ¿Acaso le estaba coqueteando al maldito ruso? No, esto no puede ser, claro que podía ser. No están casados, como yo.

-So están listos tus tragos - Interrumpió Joe salvándonos de esta extraña situación.

-Gracias amigo, ya Fernando viene por estos dos - Lo que faltaba, tener que verle la cara al posible novio de la señorita Martínez. Mi noche iba mejorando.

- ¿Tu nombre...? - Dijo está refiriéndose a Luca y el muy idiota saco una de esas sonrisas que solo reserva para sus conquistas.

- Luca Petrov - Respondió este con esa sonrisa perfecta, para romperle los dientes.

-Luca; gracias por el cumplido - Respondió Sofía con coquetería. Lo mandaría la Moscú de una patada en el culo.

---------------------

No pude decir nada más, ya que tan pronto se fue la señorita Martínez apareció ¨su novio¨ a la búsqueda de las copas que quedaban la barra. Vi con desaprobación a Luca y este solo sonrió. Me conoce perfectamente y sabe que de momento puedo olvidar que es mi mejor amigo.

Buenos Días ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora