Capítulo XXIV

1K 78 13
                                    

Inevitable.

-Sofia-

Estaba segura que algo se tenían planeado estos dos y mientras giraba el pomo de la puerta solo pedía no llevarme una desagradable sorpresa. Al entrar a la habitación me encuentro a Rodrigo atado a la cama con unas esposas, completamente desnudo, al verme sonrió y yo no pude más que devolverle el gesto. En esa posición lejos de verse oprimido lo encontré tan malditamente sexi y caliente como siete mil infiernos.

-Son muy poco originales, antes de entrar sabía lo que encontraría - No lo sabía, pero no podía admitir que me ha gustado demasiado la escena. Pase lo que pase jamás olvidaría este día.

-Esta era la idea principal, pero al perdonarme pensé que la que podía terminar esposada esta noche sería otra - Me dijo con cara de <<Hoy no duermes>> este hombre era el sexo andante.

- ¿Pero si ya te perdoné, porque estas esposado? - No había que ser muy inteligente para adivinar quién lo había obligado a terminar así.

-Creo que ya sabes quien fue. Él está loco y le gusta mucho jugar con estas cosas con sus mujeres - Al decir aquello me daba un poco de miedo... ¿Y si lastima a mi amiga?... ¿Y si la muy tonta no le dice que es virgen y termina pasándola mal?... ¡Dios mío!

-No te preocupes preciosa. A tu amiga no le sucederá nada malo, Luca tiene un radar para vírgenes y no la lastimará- ¡Que carajos!... ¿Cómo sabía que Lu es virgen?... ¿O era? Y lo peor es ellos se dieran cuenta y yo que soy su mejor amiga me enterando recién.

-No preguntes más. Vas a pasar la noche ahí o vas a desatarme para que la podamos pasar también como ellos... O mejor - Al decir aquellas palabras miles de chispas saltaron en mi vientre y se esparcieron por todo mi cuerpo. El solo recordar lo bueno que era el sexo con Rodrigo me excitaba.

Me acerqué a donde se encontraba y estuve a punto de pedirle las llaves me di cuenta de que estas esposas eran mecánicas, con solo presionar un poco cedieron y al estar liberado no perdió el tiempo. Me giro dejando debajo de él, tomo mis labios devorándolos como solo él sabía hacer. Verlo como trataba de meter sus manos por debajo de mi amplio vestido fue un poco gracioso ya que la cantidad de tela que le daba forma no se lo permitía. Hasta que se rindió y paro el beso.

-Podíamos empezar por quitarte el vestido, estoy viejo y el tratar de llegar a tus piernas cansa y puedo sufrir un paro cardíaco, y no quiero ser de esos tipos que muere teniendo sexo con sus amant... -Pero no termino la frase, al oír AMANTE sentí como un cuchillo cortaba mis entrañas desde adentro, pero esta vez no quise arruinar el momento.

- Amante - Reí, no quedaba de otra - Espero que no seas parte de ese horrible cliché. Lo quite de encía de mí, él quiso hablar, pero al darse cuenta de que no saldría corriendo callo.

Cuando estuve frente a la cama halé un pequeño cordón que abría los broches que sostenía mi vestido a diferencia de las chicas de aquellas épocas, mi vestido era más fácil de quitarse. Sus penetrantes ojos me estaban haciendo perder la cabeza, su mirada era hambrienta, llena de deseo y lujuria. Entendí hermosos ojos avellana nunca me verian con amor.

Saque mi vestido quedando en mi elegante ropa interior que consistía en un sujetador que llegaba al inicio de mis costillas elaborado con un fino encaje y seda, unas bragas de corte alto del mismo material con un ligero y medias negras que llegaban más arriba de mis rodillas y como toque final mis hermosas botas patentes muy altas.

La cara de Rodrigo era indescifrable el fuego ardía en sus ojos y yo me sentía el centro de su deseo, admirada por un hombre al cual le había entregado mi vida en bandeja de plata a cambio de unas horas de su compañía.

-Eres la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida Sofía - Los colores se me subieron a la cara, muchas veces me había dicho lo bella que era, pero nunca de esa forma... Sonó tan especial. <<No te ilusiones niña tonta>> Me recriminaba mi voz interior.

-No mientas y que mejor a lo que vinimos - Me fui acercando lentamente hacia él hasta que lo tuve frente a mí.

Rodrigo estaba completamente desnudo frente a mí, su excitación era literalmente palpable. El me tomo por las caderas y me acerco más a él separando sus piernas y dejando espacio para que me posicionara dentro de ellas, empezando así a besar la parte mi estómago que se encontraba descubierta.

-Rodrigo-

Mis ojos no podían creer la obra de arte que se encontraba frente a ellos, era sensualidad, lujuria e inocencia, todo en una sola mujer. Esta niña me tenía muerto por sus huesos, su belleza y entrega me volvía loco, y sin permiso de mi boca se escapó una afirmación.

-Eres la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida Sofía - Ella me veía incrédula y yo no podía creer lo que acaba de decir. Eran palabras reservadas para cuando le hacia el amor a Zoe, mi Zoe, la mujer que amo.

- No mientas y que mejor a lo que vinimos - Al oírla hablar así no sabía que pensar, fue tan fría. Era mejor aprovechar el tiempo juntos y no pensar en mensajes encriptados de parte de Sofía << La estas dañando y lo sabes, la haces hablar con una vil mujer a la que solo la buscas para coger>> Me recrimino mi subconsciente.

Cuando la tuve lo suficientemente cerca la tome de las caderas y la pegue a mí. Esta noche no se sentía como las anteriores, algo especial dominaba el ambiente. En cada encuentro algo más fuerte nos unía, pero solo quería que los sentimientos no despertaran. <<Ya están despiertos idiota>> Era inevitable.

Buenos Días ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora