Capítulo XIX

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La Confesión.

-Sofía-

Rodrigo me ponías de los nervios, de un momento a otro pasábamos de estar en paz y respetando cada uno las decisiones de la vida del otro fuera de mi departamento y al otro me hacía sentir tan desvalorizada y corriente; una chica que se acostaba con él para recibir beneficios como este. Desde que había llegado a mi vida el sentirme mal por ser la <<amante>> de Rodrigo era un sentimiento recurrente, pero esta era la primera vez que me sentía sucia. No me regalaría la nota por acostarme con él. Sé que soy una persona sin moral, pero algo de decencia todavía queda y el día que me titule será por mérito propio.

Arranque la nota y la guarde en la en mi bolso; tome el examen y me encamine a su escrito mientras él al observarme sonreía triunfante imaginando el polvo que le esperaba en la mesa de oficina, pero no mi querido ninfomaníaco, no pienso rebajarme de tal manera, no más. Cuando folle contigo será porque quiero, no por un diez.

-Profesor creo que ha habido un error en mi examen, está resuelto y estoy segura que es usado para corregir -Dije en un tono algo alto para que mis compañeros pudieran oír y pudiera cambiarme el examen. Su sonrisa se borró y me contesto en tono serio.

-Disculpe mi despiste señorita.

De uno de los cajones saco otro examen que guardaba bajo llave.

-Aquí lo tiene. Puede volver a su lugar.

Dándole las gracias tomo el examen y regrese a mi lugar mientras veía a mi amiga que niega con la cabeza como diciendo y del otro lado el salón Fernando se encontraba con cara de no entender nada.

Me siento y volcó toda mi atención en el examen y todos mis conocimientos sale a callarte la boca a mi estimado profesor ya que primero reprobada que con nota regalada. Después de media hora termino mi examen junto a mis amigos abandono el lugar sin verle la cara a Rodrigo, pero la tranquilidad termina al cruzar la puerta.

-Ahora si pequeña zorra, tenemos que hablar muy seriamente. El espectáculo que presencia ayer aún me da urticaria. Fernando por esta conversación haremos una tregua ya que se sigo odiando por lo que nos hiciste - Como a dos niños pequeños Lucia nos tomó a Fernando y a mí de las manos llevándonos a un lugar muy apartado donde no se ve gente a esta hora de la mañana.

No tenía la energía para responder las preguntas de mi amiga ya que mi idea no era el que se enterara de esa manera o de preferencia que no se enterara. Fernando nos vea desconcertado a las dos, pobre de él no tenía idea del bombazo que estaba a punto de soltarle. Cuando nos sentados debajo el árbol nos dedicamos miradas reprobatorias Lucia y yo, debía tomar las riendas, si era valiente para cogerme a un hombre casado lo seria para contárselo a mis mejores amigos

- A ver cómo te lo digo que no suene tan feo... Solo no me odies ya que trate de impedirlo, pero luego él me cito en su consultorio y bueno... – No encontraba las palabras correctas para contar algo de tal calibre, mis amigos junto con mis padres eran lo más preciado en mi vida y moría del medio al imaginar el ser juzgada duramente por ellos .

-So habla de una vez ¿Nena estas enfermas? ¿A qué consultorios fuiste? - Mi amigo se veía preocupado al pensar que estaba enferma y físicamente no lo estaba, pero de la cabeza sin ligar a dudas, sí.

-Yo no quería... - No pude seguir ya que Lucia ya había dicho lo que a mí me estaba costando tan trabajo confesar.

- ¿No querías? eso no parecía ayer porque querido amigo aquí nuestra santa y pura Sofía, la que supuestamente es <<Frígida>> se está tirando a nada más y nada menos que a Rodrigo Ortiz. Ayer no respondía mis llamadas por lo que fui a buscarla a su casa y me los encontré durmiendo cucharita después de una buena follada - Fernando se había quedado paralizado, yo solo bajé la cabeza mientras las lágrimas abandonaban mis ojos.

-Fer me puedes odiar al igual que lo hace Lucia en este momento, sé que soy una mala persona, y no, él no me dijo que iba a dejar a su mujer para escapar conmigo y vivir felices para siempre - Fernando quiso a hablar, pero lo interrumpí era ahora o nunca - Sé que su mujer está embarazada, y la ama. No hace falta que lo digas - Un pequeño dolor empezó a crecer en mi pecho, las lágrimas seguían cayendo de mis ojos, era una zorra y mis amigos me detestarían toda la vida. Mis sollozos se hicieron tan fuertes al punto de no poder controlarlos.

-Nena no llores y no somos quien, para juzgarte, aunque está mal, si él te gusta y tú le gustas a él no veo problema a tu edad diferencias entre el sexo y el amor. No te enamoraras porque esa relación no llegara a ninguna parte - En eso siempre ha sido lo bueno Fernando, sabe cómo decir verdades de manera diplomática, pero verdades, al fin y al cabo.

-Gracias Fer, y tu Lu ¿No tienes nada para decirme? - Mi amiga se levantó y por un momento creí que se iría, pero luego cayó sobre mi dándome un gran abrazo para luego sentarse entre mis piernas.

-No te recriminare nada, pero si te pediré que te cuides en todos los aspectos; te adoro y eres mi mejor amiga y no te quiero verte sufrir por un pene. Aclarado el asunto ¿Cuéntanos cómo fue que terminaron en la cama? hay demasiadas cosas que no me cierra.

Les conté todo, desde lo que había sentido el primer día de clase hasta ayer por la noche, no quería mostrarle la nota ya que eso ni a mí me hacía sentir bien, pero si le comenté que tendríamos acompañaste para la fiesta y ella siendo la Lucia que todos conocemos se preocupó de que el amigo de Rodrigo terminara por decirle a Zoe donde y con quien se encontraba su marido.

-De Luca creo todo menos que sea un soplón, se nota que se cubren las espaldas desde que gateaban. La que debería tener cuidado con el eres tú ya que es un ligón de primera categoría - Mi amiga me veía raro como queriendo decir algo, pero a la vez no.

-No te guardes nada - Ella callo por unos segundos, pero luego hablo.

-Se siente raro planear algo así ya que al fin y al cabo eres su amante... – Su obvia confesión. Es diferente que lo piense y lo acepte a es escucharlo de otra persona.

-Se perfectamente lo que soy en la vida de Rodrigo... – Lo mejor dejar la conversación así, pero Fer intervino para endulzar la atmosfera.

-Rodrigo. ¿Ya nos tuteamos? - Alzo una ceja y me miro con suspicacia, ya sabía perfectamente como quería que le respondiera.

- ¿Me lo he follado en todas las posiciones y quieres que lo llame profesor? Aun seria excitante a hacerlo – Si había algo que le gustaba a mi amigo es llamar a cada cosa por su nombre. Los tres nos quedamos mirando hasta que nuestras carcajadas llenaron todo el lugar. Cayeron encima de mí haciéndome cosquillas. Tenía la certeza que ellos lo entenderían, pero sería mejor cuidarme de la vista de mis padres.

La buena vibra termino al momento al recibir un correo en mi móvil, la profesora Ortiz necesitaba verme.

Buenos Días ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora