Ahora, la expresión feliz y alegre que mi cara mostraba, ha cambiado. En mi corazón abunda la tristeza y nostalgia, y aún más cuando veo por la televisión a un "nuevo" grupo que ha triunfado por todo el mundo, los Blest.
Hoy es el día en el que comienza el concurso Fryderyk Chopin, y consta de dos rondas. La primera será de eliminación, en el que se presentan 80 participantes, y en la última ronda solo quedaran veinte.
Cuando ya estaba en el edificio, me encontré con el jurado que menos me esperaba, Rosalya y Viktor serían mis compañeros.
-¡Sam, cuánto tiempo!-decía ella mientras se lanzaba hacia a mí para abrazarme.
-S-si mucho tiempo pero por favor suéltame, ¡me estoy quedando sin oxígeno!
-Perdona... ¿No es emocionante que nos volvamos a encontrar y que estas vez seamos jurado? ¿Qué tal con Castiel? Hace mucho que no le veo.
-Si, emocionante... Vamos a sentarnos ya es la hora de empezar.-dije triste por escuchar su nombre.
-¡No espera!
Pase de Rosalya y me senté en mi lugar, junto a Viktor. Genial, el mejor sitio del mundo.
-Hola Sam-dijo el chico con la misma sonrisa asquerosa de aquella vez.
-Viktor, para mí sería un placer que te callaras esa boca, pero somos compañeros y tenemos que mantener una conversación. Para ti puede ser genial pero para mí es una desgracia. Así que ni me mires ¿vale?
-No Sam, no vengo con malas intenciones, quería pedirte... Perdón.
Perdón por el Viktor inmaduro que conociste en el anterior concurso, de verdad lo siento...
-¿Eh?-Dije confundida y alucinada.
¿Será que he soñado esto? Me froté los ojos y le miré fijamente, él me miraba un poco nervioso y sobre todo intimidado. Normal, parece que le estoy haciendo rayos x por toda su cara.
-¿Qué me dices Sam?
-Si, si... Claro que te perdono. Entonces, ¿amigos?-dije mientras extendía mi mano.
-Amigos-dijo con una sonrisa feliz, otra sonrisa distinta.
Y justo en ese momento todas las luces se apagaron excepto la del escenario, iluminando un piano de cola negro, uno exactamente igual al que toqué en EEUU.