La pieza que Rosalya tocó, expresaba una gran inquietud que incluso a mí me perturbaba.
Cuando ella terminó de tocar subió Viktor, interpretó Chopin ballade n°1 en g menor. Eligió una pieza que toco una chica de unos 20 años, que expresaba perdida. Todos estábamos un poco tristes, o quizás nervioso por este día. Hubo un descanso de media hora y yo decidí salir afuera, pero cuando me dispuse a abrir la puerta, una mano me tapo mis ojos y me llevó consigo. Cuando me quito las manos vi que estábamos en la azotea, y delante mía había muchísimas flores de todo tipo. Quería saber quién había traído eso esto y era nada más y nada menos que Castiel.