Era cuestión de minutos saber en qué puesto quedaría cada uno. Al final, entre todos decidimos que el ganador fuera la chica que eligió Rosalya. En segundo lugar quedaría al chico que elegí y yo y por último, la chica que Viktor eligió.
Los finalistas subieron al escenario, y nosotros subimos con sus respectivos premios. Las chicas empezaron a llorar, y aún más la que eligió Rosa con ganadora, pero al chico que elegí yo se fue furioso lo que hizo que fuera a ver que le pasaba. Fui hacia la sala le espera y le vi sujetándose la cabeza, llorando y desesperado.
—Eh... ¿Qué te pasa?—dije mientras me sentaba a su lado.
No dijo ni una sola palabra, espere un rato para que hablara, pero nada.
—Callar es de cobardes...—dije.
—No eres nadie para hablarme así—dijo furioso.
—¡Oye! Relájate, no tienes porqué estar así, no has perdido que yo sepa.
—Si, he perdido.
—No, solo necesitas mejorar. No eres un perdedor, eras genial en el piano, el año que viene tendrás otra oportunidad—dije optimista.
—Samantha por favor no digas eso...
—¿Por qué?
—Es vergonzoso...—dijo mientras se sonrojaba.
—Oh vaya, perdona. Y por cierto, me puedes llamar Sam.
—Gracias Sam por tu consejo, me ha ayudado mucho—dijo mientras me abrazaba.
Nos despedimos con un apretón de manos y fuimos al escenario a saludar al público, y después al resto de gente. Recogí mis cosas y en la salida vi a Castiel, esperándome de nuevo.