Me tumbe en el sofá, mientras que Castiel, que estaba sentado, me acariciaba el pelo.
—Oye, ¿dónde has dejado a demonio?
—Con mis padres, hasta que termine de hacer los conciertos
—Seguro que te echa de menos, y a Basha también. Ya sabes cuando sigues la gira ¿verdad?—dije mientras le cogía la mano.
—En dos días, el 26 de Noviembre por la mañana
—Te acompañaré al aeropuerto, ¿cuál es el próximo país al que tienes que ir?
—Italia, con helados, pizza y pasta—dijo mientras soñaba con la comida.
—¡Yo también quiero, llévame contigo!—dije haciendo un puchero.
—Algún día, te lo prometo—dijo mientras entrelazaba sus dedos con los míos.
Después de tanto hablar Castiel hizo la cena, raro pero cierto, y luego a dormir.
El resto de días pasaron más rápido de lo normal y ya era 1 de Diciembre, el día en el que el pelirrojo se marchaba para continuar la gira.
Su vuelo era a las 9:00 y cuando yo me levante eran las 8:00, por lo que no tuvimos tiempo para desganar y fuimos directamente al aeropuerto. Nada más llegar, Priya se lanzó a Castiel y le dio un beso en la mejilla y un abrazo, él dirigió la mirada hacia arriba por lo que yo también mire, y vi que había un paparazzi persiguiendo al grupo. Ya entendía porque vino Priya tan entusiasta a saludar al pelirrojo.
—¡Hola! ¿Y tú quién eres chica?—dijo ella.
—Ella es... Mi hermana—respondió Castiel.
—Ya veo, ¿por qué no vamos a facturar las maletas Cassy?
—Claro. Ven con nosotros hermanita—dijo él.
tímidamente les acompañe, y mientras ellos actuaban como una pareja yo hablé con Lys y con Nathaniel. El victoriano me contó que echo muchísimo de menos a Iris y que por ello estaba a punto de dejar el grupo, pero entre todos le convencieron para que no lo hiciera. El rubio por su parte dijo que estudiar le aburría y que necesitaba nuevas experiencias, como tocar en un grupo de punk, por ejemplo.
Terminaron de facturar y ya era la hora de que subieran al avión, la hora de despedirse de Castiel de nuevo.