Llegué a mi casa y dormí las pocas horas que me quedaban para coger luego el avión hacia España, y a las 3:00 me dirigí al aeropuerto con Basha.
Una vez ya ahí, facture las maletas y deje a Basha en el sitio donde ella viajaría. Cuando estaba volviendo para esperar al avión, vi a una persona que me resultaba familiar, por lo que me acerqué y me sorprendo a ver quién era.
—¿Pero qué haces aquí?—dije asombrada.
—¡No me puedes dejar sola en Varsovia con Viktor el acosador—respondió Rosalya.
No sabía si darle una torta por dejar el concurso o darla un gran abrazo por acompañarme a España, y lo más decente era la segunda opción.
—¡Eres realmente tonta!—dije.
—Tampoco sin ofender bonita, te quiero pero hay unos límites.
Seguimos hablando hasta la hora de subir al avión, y que coincidencia que nos toco sentarnos juntas.
A partir de ese momento me quede dormida hasta llegar a nuestro destino, que a mí se me hizo corto. Rosa me despertó y bajamos a por nuestro equipaje y a por mi mascota, y al salir del aeropuerto nos encontramos con Leigh. Ellos se fueron y yo por mi parte, fui a un hotel donde aceptarán perros, hasta que me encuentre un piso.
Al día siguiente decidí a volver a mi antiguo hogar donde viven mis padres, pero la llegar me encontré con una extraña sorpresa.
