—¿¡QUÉ HACES!?—dije mientras me echaba hacia atrás.
—Ahora lo comprenderás...—contesto mientras me dirigía al sofá.
Sentamos y me contó una historia irreal. Dijo que si no soy su novia le diría a la prensa que soy la pareja del pelirrojo, por lo tanto el noviazgo entre Castiel y Priya sería una gran mentira
—¿Tienes pruebas?
—No las necesito, seguro que se fiarán de mi palabra.
—¡JA! En este mundo sin pruebas no se puede demostrar la certeza de nada, así que por favor márchate de mi casa—dije mientras le abría la puerta.
—Las conseguiré cueste lo que me cueste, solo por ti—respondió.
Ahora tengo miedo. El Viktor que había cambiado no lo hizo para bien, sino para mal, y eso es lo peor que le podría pasar.
Cancele el contrato de los 5 años que me quedaban de concurso, y empecé a hacer mis maletas. Los días pasaron y ya era 30 de Noviembre, en el mismo recinto que el concurso y a la misma hora, además de un acompañamiento de violín. Tocaré una pieza de Chopin con Rosa, que también sabe tocar este instrumento. Le conté que después de este concierto volvería a España y ella solo se limitó a desearme buena suerte, y que ella esperaría a que terminara el concurso.
Realmente, las despedidas son amargas.
