Cacería

1.- Alda.

De cabellera rubia ondulada y mirada avasalladora, la princesa Anelisse le ordenó finalmente al par que se encontraba arrodillado a sus pies, —Y no regresen hasta que los traigan ante mí, los quiero vivos—, luego abandonó su gran silla dorada.

Adiel, un chico alto, moreno y grandes oscuros; e Irina, una joven menuda de cuerpo y de cabellera larga y rojiza, se pusieron de pie una vez que Anelisse se retiró de la sala.

—Creo que habla enserio— dijo él tras un suspiro.

Irina asintió, —es mejor que vayamos de una vez, la búsqueda no será fácil y no quisiera ver a Su Alteza enfadada.

En las fantásticas tierras de Angae, existía la ciudad de Alda, un lugar pacífico y tranquilo, donde la dinastía Sol había reinado por siglos. Sin embargo, hacía algunos años, tras nacer la segunda herdera la reina falleció dejando al cuidado de su padre a la pequeña Anelisse de tres años y a la recién nacida Ayleen.

Mucho tiempo transcurrió y meses después del cumpleaños número veintiuno de la primogénita el rey murió, dejando todas las responsabilidades a esta; aunque no estaba sola, los Sol tenían sus consejeros y gente de confianza desde siempre.

Sandro y Fiama trabajaban en el palacio; él como uno de los más jóvenes de los consejeros que hubieran existido a lo largo del reinado de los Sol, prácticamente era amigo de la familia; y ella como ama de llaves del gran castillo, además de que había sido como una segunda hermana para la joven princesa Ayleen. También estaba Irina, prima hermana del consejero y de la ama de llaves; cuyas tareas eran distintas.

Por ser una zona pacífica los soldados de Alda no eran numerosos, pero existía algo que Sandro a veces prefería no requerir, el cual era un conjunto formado por personas que nacían con habilidades diferentes. Nicholas, un anciano que en su juventud tuvo el poder sobre el agua y los rayos, en vida ayudó a los nuevos guerreros a desarrollar sus habilidades, los cuales ahora eran cuatro.

Irina, con su telequinesis y facultad para volverse invisible y con ella todo lo que tocase, había sido la última en ser reclutada gracias a la demora en su desarrollo natural de habilidades, ya que usualmente los poderes se manifestaban durante los primeros diez años de vida, pero con ella fue hasta los diecinueve. Adiel era otro integrante más, él poseía la habilidad de volar, y cuando era necesario, unas enormes alas blancas brotaban de su espalda, además tenía una gran fuerza, podía levantar miles de veces su propio peso o fracturar de un golpe hasta la más sólida construcción. Y finalmente, un par de hermanos, de una familia que se rumoraba que en el pasado estuvo emparentada con la que gobernaba en Alda; el mayor era Izan con el poder sobre el fuego y la tierra, y Raziel contrario a su hermano, podía crear hielo, siempre y cuando fuera en un ambiente húmedo, además de que se podía teletransportar llevando consigo a quienes quisiera.

Sinembargo; se especulaba que hacía unas semanas los hermanos habían traicionado alreino; Sandro y Fiama había escuchado una fuerte discusión entre la princesaAnelisse e Izan; luego, azotando puertas, este último se había marchado juntocon Raziel. Se decía que ninguno de los hermanos quiso acatar las órdenes de lamonarca, por eso los habían exiliado; nadie sabía lo ocurrido en realidad, nisiquiera Sandro, ya que él prefería respetar y no cuestionar las decisiones dela princesa, salvo en los momentos donde ella misma pidiera una segundaopinión. Pero ahora la misma Anelisse había mandado a Adiel y a Irina porellos. 

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