8.- Pistas.

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—¿Eso fue lo que en realidad sucedió?— exclamó Adiel cuando Izan finalizó su relato.

—Pero... ¿Cómo saben que hay un traidor en Alda?— preguntó Irina.

—Porque yo intercepté una de sus cartas; una paloma mensajera— explicó Raziel.

—Entonces si hay pruebas sólidas— dijo el más fuerte; —¿por qué la Princesa no quiso escuchar?

—Porque ya lo sabía— dijo convencido Izan al terminar de leer por enésima vez aquella nota; los demás lo miraron sorprendidos.

—¿Qué no es obvio?—, continuó seguro de sí mismo, como si hubiera hecho el más grande descubrimiento; —ella dijo que no podía escuchar mis tontos argumentos—, hizo énfasis en la palabra "podía", —tal vez algo se lo estaba impidiendo literalmente, y luego ordenó que me fuera; además sugirió que buscara en otra parte y que me llevara a Raziel, ¿porqué lo hizo si él no tenía nada que ver? O al menos no se lo había mencionado; no me lo permitió con sus tontos regaños.

—A nosotros nos ordenó que no regresáramos sin ustedes— agregó Irina.

—Lo más curioso es que pudo haber enviado a Mae desde mucho antes— exclamó Raziel, —la princesa sabe que esta ave me localizaría a mí o Ayleen, sin importar la distancia—, el muchacho miró a su hermano, —¿crees que tenga que ver con el ataque de los trolls?

Irina frunció el ceño recordando aquello que Izan dijo cuando lo encontró el día anterior.

¡Es una criatura inocente!... Él no debería estar aquí... Alguien ha estado trayéndolos.

—Podría ser... aunque... todavía no encuentro la conexión— respondió pensativo el mayor.

—¡Suficiente! Creo que deberían darnos más detalles ¿Y por qué estamos en este lugar?— preguntó demandante Adiel, refiriéndose a la gran altura.

—Ya, tranquilo— Izan posó la mano en su hombro, —no seas impaciente—, dio un largo suspiro; —verás; hace unas semanas Raziel interceptó una paloma mensajera y notamos que llevaba el fragmento de un mapa, exactamente donde se indicaba la distribución de todas la habitaciones del palacio.

—Al parecer el traidor lo dibujaba y lo enviaba por piezas— agregó el menor de los hermanos; —seguimos las pistas y el ave se dirigía hacia aquí.

—Por eso estamos en lo más alto de un árbol, ¿cierto?— Adiel trataba de comprender.

—Pues no exactamente—, Izan se llevó la diestra a su nuca y la frotó; —últimamente han aparecido trolls, como el que los atacó, por eso estamos aquí, para poder estar tranquilos durante la noche.

Los trolls eran criaturas nocturnas, por ello los hermanos idearon un escondite lejos de su alcance.

—Lo extraño es que Keuda está en otra dirección— Izan señaló hacia el horizonte; —no hay manera de que llegaran por estos rumbos sin que los viéramos.

Keuda eran unas tierras lejanas donde habitaban los trolls, cíclopes y se rumoraba que también minotauros, muy poca gente iba por esos rumbos.

—El bosque es denso, yo no pude notarlo ni aunque observé desde el aire— informó Adiel.

—Pero aún así, por el tamaño y los destrozos que ocasiona un troll debería ser bastante sencillo de localizar.

Permanecieron pensativos unos segundos, hasta que Raziel habló, —lo preocupante es que esta vez apareció uno muy cerca de Alda, por ello creemos que es parte del plan del enemigo.


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