Capítulo 14.

240 31 6
                                    


- Te prometo que todo va a salir bien. No voy a dejar que nadie te haga daño, lo juro.

Sus palabras llegaron hasta lo más profundo de mi ser. Mi cabeza todavía procesaba todo lo ocurrido; la aparición de Nick y la actitud de Christian. Todo era muy confuso. Aún así, su abrazo era cálido y reconfortante. Me sentía a salvo con él junto a mí.

- ¿Cómo sabía mi hermano que podría encontrarme aquí? Y, ¿cómo ha llegado? - Las lágrimas no paraban de salir de mis ojos y sentía que en cualquier momento las piernas me iban a fallar haciendo que cayera al suelo.

- No tengo la más mínima idea. ¿A qué ha venido? ¿Qué te ha dicho? - Christian parecía ponerse nervioso.

- Me dijo que saben que estamos vivos y nos están buscando. Por eso mi padre os mandó para protegerme y... Espera... ¡Vosotros lo sabíais! ¿Cómo he podido ser tan tonta? Nick dijo que con vosotros estaría a salvo, que erais buenos chicos. ¿Tú lo conoces? ¿Conoces a mi hermano? - La ira aumentaba en mi interior. Christian estaba quieto, ni si quiera pestañeaba. - ¡Contesta! - Le grité.

- Sí. - Sonó seco y apagado. Sentía que algo se rompía dentro de mí. Sus brazos seguían rodeándome por la cintura pero me zafé de su agarre. El intento fue en vano ya que él me volvió a coger del brazo como horas antes.

- ¡Suéltame! ¡Eres un mentiroso! Todo este tiempo sabías dónde estaba mi hermano, y no me dijiste nada. ¿Cómo te atreves? - Dije como pude entre lágrimas.

- ¿Qué? ¡No! Amanda te juro que yo no sabía nada. Sí, lo conocí dos días antes de que se fuera pero yo no sabía dónde estaba. Él quiso conocernos a mí y a Hugo para saber con qué clase de personas iba a dejar a su hermana pequeña. Lo hizo para protegerte y también se fue por eso. Pero te juro que yo no tenía no idea de a dónde se marchó, y sigo sin saberlo. Por favor, tienes que creerme. - Sus ojos mostraban desesperación y súplica para que le creyera. Por alguna extraña razón, sentía que debía confiar en él, pero no todavía.

- No te creo. - Dije fría. - Te conozco de apenas hace una semana y lo único que has hecho hasta ahora ha sido tratarme mal y hacerme la vida imposible. ¿Por qué debería confiar en ti?

Se quedó callado. A través de sus ojos podía ver que en su cabeza había un debate entre si debía decírmelo o no.

- ¿Vas a hablar o no? - Pregunté.

- Escúchame. Lo que te dije antes de que yo no estaba aquí para protegerte, era mentira. Simplemente es que yo estoy acostumbrado a que la gente me tenga miedo, y de repente apareciste tú cambiando toda mi vida. Me gusta tener las cosas bajo control pero tú me lo pones muy difícil. Eres la única que se atreve a hablarme de esa forma y a plantarme cara, y eso me gusta de ti. Te lo digo de verdad Amanda, y espero que me creas, no se qué coño me haces, pero siento la necesidad de estar contigo en cada momento, me gusta hacerte enfadar y ver como te defiendes, pero sobre todo quiero que sepas que estoy aquí para protegerte y cuidar de ti.

No podía creer lo que me había dicho. Horas atrás no me habría imaginado encontrarme en una situación así, pero estaba ocurriendo. Christian estaba admitiendo que me protegería, que le gustaba estar cerca de mí. ¿Eso quería decir que la barbie y él no eran nada? Al pensar aquello un alivio recorrió todo mi cuerpo, el cual no respondía ni parecía querer moverse. Ni si quiera era capaz de articular palabra.

- Si no me crees yo...

- No. - Le interrumpí. Acorté el espacio que había entre nosotros y levanté la cabeza. Su altura estando tan cerca se hacía notar. - Te creo Christian, y siento que puedo confiar en ti. Pero todavía no te conozco lo suficiente y si eres como dices, entonces demuéstralo. Me gustaría empezar de nuevo contigo.

Por fin te encontré~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora