- Porque Hugo es el hijo de tu tío William.Esto tenía que ser una broma.
- Mientes. - La ira se estaba formando en mi interior.
- ¿Y por qué debería mentirte? - Alzó una ceja y me miró confuso.
- Sus padres murieron en un accidente de coche, es imposible que...
- Oh, ¿de verdad fuiste tan ingenua de creerte eso? - Me interrumpió. - Te imaginaba más lista, pequeña Amanda.
Dicho eso me guiñó un ojo y se fue. Mi cuerpo se encontraba paralizado sin poder mover ni un solo dedo. Mi mente me decía que no confiara en ese desconocido pero algo dentro de mí estaba convencido de que aquel chico tenía razón.
¿Y qué pasaba con Christian? Se supone que se conocían de hace tiempo, ¿él lo sabría? Era algo que necesitaba saber, pero primero debería contárselo a mi padre.
Lo divisé a lo lejos hablando con un hombre más o menos de su misma edad y me dirigí hacia ellos.
- Oh, Amanda, justamente te estaba buscando. - El hombre era rubio con unos profundos ojos azules que daban miedo y los clavó en los míos.
- Sí, yo también. Papá necesito... - Pero el hombre me interrumpió.
- ¿Ésta es tu hija? - Dijo con un ligero acento ruso. Mi padre asintió.
- Sí. Amanda, él es Vladimir, un viejo amigo mío y el jefe de la mafia rusa. - Mis ojos se abrieron como platos.
Siempre había oído que la mafia rusa era la peor de todas. Se dedicaban desde el tráfico de armas hasta el de personas. Simplemente con un ligero fallo, desaparecías de la faz de la tierra sin dejar rastro. Bueno, al menos eso es lo que contaba la gente. Desde que llegué a este mundo me ha sorprendido hasta tal punto que creo que todas las mafias son igual de peligrosas.
- Un placer. - Contesté educadamente.
- Encima de hermosa, educada. - Alcé una ceja mientras rodaba los ojos.
- Vladimir nos va a ayudar a encontrar a Nick y vengarnos. Él sabe todo lo que pasó con tu tío William. - Dijo mi padre.
- Sí, de hecho, tengo unos asuntos pendientes con él. ¿Sabes cómo se paga un error en la mafia? - Negué con la cabeza a pesar de saber la respuesta. - Con la muerte. Y tu tío William por desgracia no cometió un error, sino cientos.
Sus palabras bastaron para dejarme sin habla. Tragué saliva lentamente mientras sus ojos azules me miraban intensamente.
- Tranquila princesa, que no te intimide. A veces da un poco de miedo, pero es buena gente. - Asentí forzando una pequeña sonrisa. - Bueno, ¿qué venías a decirme?
- Ah sí, ese chico que me presentaste, Ryder creo que se llamaba, estuvo hablando conmigo y... ¿Es de fiar? - Pregunté incrédula.
- Por supuesto, es el futuro heredero de toda la mafia americana. ¿Crees que si no fuera de fiar, estaría aquí?
Mi padre tenía razón. Toda las personas presentes en este salón estaban dispuestas a ayudarnos a salvar a Nick, así que debía confiar en ellas.
- Y... ¿Tú confías en Hugo? - Ambos se quedaron callados. Los dos sabían algo que yo no y eso me hacía querer saberlo.
- ¿A dónde quieres llegar con esto? - Preguntó algo molesto.
- El tío William... ¿Tuvo un hijo? - Ambos palidecieron al instante y asintieron a la vez. - Ryder me ha dicho que...
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Por fin te encontré~
Romance- Sí, mamá, llegaré un poco más tarde. Me voy a quedar en casa de Lily para repasar matemáticas, así que no me esperes despierta. Te dejo que estoy llegando ya, te quiero. Colgué y me dispuse a cruzar la carretera para llegar a la casa de mi amiga...