Capítulo 23.

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Bueno, antes de nada, pediros perdón por la tardanza pero sin tiempo es imposible de escribir en condiciones.

Este capítulo va dedicado a mi gran amiga Carla que me pidió que lo subiera estos días, y menudo susto nos dio. Así que Carla, un beso y recupérate.

Os deseo a todos una Feliz Navidad y felices fiestas pero, sobre todo, espero que os guste :)

***

¿Su hermano mayor? Eso no tenía el más mínimo sentido. Christian no me mentiría, y menos aún a estas alturas. Él solo tenía una hermana pequeña, Emma.

Giré la cabeza y lo miré. Tenía la vista fija en algún punto del suelo como si no se atreviese a mirarme a los ojos.

- ¿Es eso verdad? - Mi voz sonó un poco cortante.

Me ponía nerviosa la gente que no se atrevía a mirarte a la cara, era como si pensaran que pudiera matarlos con la mirada. Levantó su cabeza por fin y entreabrió sus labios para hablar.

- Sí.

Fue como recibir mil puñaladas en el corazón. ¿Cómo una simple palabra podía bastar para hacerte sentir de esa manera? Pero de una cosa estaba segura, si él no me lo había contado sería por alguna razón. Tenía un pasado difícil y estaba claro que le costaba abrirse con la gente. Debía darle una oportunidad para explicarse.

- ¿Por qué no me lo contaste? - La expresión de su cara cambió y esta vez me miró a los ojos. Estos estaban llenos de preocupación y miedo.

- No quería ponerte en peligro. - Dijo apenas en un susurro.

- ¿En peligro? ¡Llevo toda mi vida en peligro! - Grité haciendo que más gente de la normal se pusiera a escuchar nuestra conversación.

- Tic - tac, tic - tac... ¿Puedo irme de esta estúpida discusión? El tiempo pasa y tengo una carrera que ganar. - Dijo el tal Ashton.

- Dirás una carrera que perder. - Apareció Dimitri bajándose del capó de un coche. Más gente se unió al círculo que se estaba formando alrededor de nosotros.

- ¿De verdad crees que puedes ganarme? - Soltó una carcajada. - ¡Oídme todos bien! ¡El rubito niño de papá dice que puede ganarme!

Todos rieron ante esas palabras arrogantes. Todos menos nosotros tres. Una sonrisa se formó en la cara de Christian. No entendía nada.

- ¿Y quién ha dicho que va a ganarte él? - Ahora empezaba a tener sentido. - Te voy a dar tal paliza que te arrepentirás de haber nacido.

Un ohhh se escuchó en todo el lugar. La sonrisa de chulo de Ashton se ensanchó aún más.

- Muy bien hermanito, veamos de lo que eres capaz.

- Será un placer ganarte de nuevo. - Contestó Christian. - Tú. - Dijo señalándome. - Te quedas aquí con Dimitri y no te separes de él.

Iba a contestarle pero no me dio tiempo. Los dos se habían subido ya a sus respectivos coches para dirigirse al punto de salida.

Una chica de unos veinte años y ligera de ropa, se colocó entre medias de ambos con una bandera. Tenía el pelo azul y parecía una pitufa. Le guiñó un ojo a Ashton para después levantar la bandera.

Por fin te encontré~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora