Capítulo 2.

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Me estaba preparando en mi habitación. Había pensado en ponerme unos pantalones cortos blancos y una camisa negra de tirantes. Se notaba que ya era verano, sol, playa, chicos en bañador corriendo por la arena.. Por dios Amanda, tienes novio. El timbre sonó y me sacó de mis pensamientos. Bajé corriendo las escaleras para abrir, ya que Nick se había ido temprano a trabajar. Abrí la puerta y ahí estaba él, con su sonrisa de oreja a oreja mostrando su perfecta dentadura blanca. Sus ojos azules estaban más claros que de costumbre, con un brillo que le hacía ser mucho más guapo. Su pelo rubio revuelto le daba un toque sexy. Él en sí ya era muy sexy.

- Buenos días preciosa - Dijo Logan, mi novio. Rápidamente me lancé a él y lo besé. Nos separamos por falta de aire, cogí la mochila y nos dirigimos al instituto. Logan tenía su propio coche, y aunque yo también tuviera el mío, se empeñaba en venir a recogerme todas las mañanas y en llevarme de vuelta a casa a la salida.

- ¿A qué hora te paso a buscar esta noche? - Me preguntó. Como era típico, el último día de clase hacían una fiesta de fin de curso, solo que ésta sería en la playa.

- Mmm... ¿A las ocho? Sam vendrá a las cinco a casa y nos vestiremos juntas. - Sam era mi mejor amiga desde que llegué aquí. Me hizo sentir como si nada hubiera pasado y procuraba no hablarme nunca de lo sucedido aquel día. Ella y su novio Dylan son los únicos que saben mi historia completa. Logan digamos que... nunca me atreví a contárselo por miedo a que me dejara. Por miedo a que pensara que fui una cobarde, la cual no hizo nada para ayudar a sus padres. Sí, a pesar de todo, Robert y Scarlet, han sido, son y serán por siempre mis padres. Nunca los voy a olvidar. - Pero de Sam no te preocupes que Dylan vendrá a recogerla.

- Espero no encontrarme con ese gilipollas cuando venga a buscarte Amanda. - Logan no aguantaba a Dylan. Antes de que Dylan empezara a salir con Sam, él siempre estaba conmigo. Era y es mi mejor amigo. Yo le presenté a Sam y cuando me quise dar cuenta, ¡estaban juntos! Logan siempre ha pensado que Dylan estaba enamorado de mí, y por eso no le aguantaba. Estaba celoso.

- Logan, ¿cuántas veces tengo que decirte que Dylan está saliendo con Sam, y él solo es mi mejor amigo? Yo te quiero a ti, y nada ni nadie va a cambiar eso, ¿vale? - Soltó un suspiro y asintió.

Nos bajamos del coche para entrar a clase, faltaban tan sólo unos minutos para que sonara el timbre. Logan me acompañó hasta mi aula y me dio un rápido beso de despedida.

- Nos vemos a la salida, te quiero. - Y se marchó con su sonrisa que tanto me gustaba.

Entré a clase y Sam estaba ya sentada al lado de mi mesa. Me dedicó una sonrisa que yo no tardé ni un segundo en devolverle.

- ¿Lista para esta tarde señorita? - Le pregunté entre risas.

- Por supuesto que sí señorita. - Nos empezamos a reír las dos como niñas pequeñas. Me lo pasaba genial con ella. Era una hermana para mí.

El tiempo pasó volando y por fin la mañana acabó. El curso terminó. Sólo me quedaba un año más de instituto para graduarme e ir a la universidad. Lo estaba deseando. Mi sueño era estudiar en la facultad de medicina. El hecho de que les pasara eso a mis padres me hizo prometerme una cosa: "si no pudiste ayudar a tus seres queridos, ¿qué te impide ayudar a gente que lo necesita?" Desde entonces no soporto ver las noticias, y que aparezcan niños muriéndose de hambre, sin nada con lo que jugar, un lugar en el cual poder hacer una buena vida. No soporto ver cómo todavía hay guerras y millones de personas tienen que huir de su país para no ser lastimados. Y ahí me pregunto, ¿qué derecho tengo a ser feliz, cuando hay tanta gente infeliz en el mundo? Pero la respuesta es simple. Todo el mundo tiene derecho a ser feliz. Todo el mundo tiene derecho a vivir una buena vida. La pena es que muchos no lo consiguen. Y es por eso por lo que quiero ayudar a todo aquel que lo necesite.

Eran ya las seis de la tarde y Sam y yo estábamos en mi cuarto preparándonos para la mejor noche de nuestras vidas. Sam se puso su vestido color esmeralda. Era ajustado y se ceñía a su cuerpo de tal forma que sus perfectas curvas se notaran más de lo normal. Tenía sólo un tirante que le rodeaba el cuello y era bastante corto, unos seis dedos por encima de las rodillas. El color del vestido contrastaba con sus ojos verdes. Era preciosa. Para acabar, se puso sus tacones de catorce centímetros y se peinó su cabello negro dejando ver el pequeño tatuaje que tenía detrás de su oreja. Era un infinito. Yo también tenía uno, pero era mucho más grande que el suyo y estaba en el centro de mi espalda. Para ser exactos, entre clavícula y clavícula. Era un atrapa sueños. Cuando de pequeña tenía las pesadillas, Nick me compró uno para que lo colgara en la lámpara de mi habitación. En ese instante le prometí que cuando fuese mayor como él, me lo tatuaría en la espalda.

- ¡Vamos Amanda, te toca vestirte! - Gritó mi mejor amiga.

Mi vestido era igual de corto que el suyo, solo que el mío era de mi color favorito, azul eléctrico. Era de palabra de honor y tenía escote de corazón. Me quedaba igual de ceñido que a ella y mis curvas también se hacían notar. Por la espalda se podía ver mi tatuaje, así que decidí hacerme un moño para que todo el mundo lo pudiese ver. Me dejé unos tirabuzones a ambos lados de mi cara y me maquillé. No me gustaba ir muy emperifollada por lo que sólo me di una sombra gris y me eché rímel. Por último me di un poco de brillo de labios y me puse mis tacones negros. No eran tan altos como los de Sam, pero tenían buena plataforma.

Cuando estuve lista mi amiga se quedó boquiabierta. Como no cerrase ya la boca se iba a tragar todos los moscones de Estados Unidos, incluido mi hermano. Él era el rey moscardón.

- Hoy sí que sí Logan no se va a poder aguantar querida - Dijo mientras estallaba en carcajadas. No sé qué le hacía tanta gracia.

- Pues para tu información, esta noche dice que después de la fiesta me va a llevar a un lugar especial. - Llevo un año saliendo con él, y sí, soy virgen. Teníamos pensado hacerlo hoy, así que estaba un poco nerviosa.

- Estate tranquila Mandi, todo va a salir bien. - A Sam le gustaba llamarme Mandi, y la verdad es que no me disgustaba el nombre. Se escuchó el ruido de un coche y supuse que era Dylan que venía a recoger a Sam. Ésta bajó corriendo y efectivamente, era él. Se fueron los dos antes de que llegara Logan, pero no sin darme un abrazo cada uno. Quedamos en que nos veríamos en la barra del pequeño bar que montaban en la playa.

Diez minutos más tarde llegó Logan. Le abrí la puerta y éste se quedó también boquiabierto. Bien Amanda, siento decirte que te vas a quedar sin novio y mejor amiga porque van a morir intoxicados de moscas.

- G-guau... - Logró decir mi novio tartamudeando.

- ¿Nos vamos? - Le dije sonriendo.

- Estás preciosa. - La verdad es que él estaba guapísimo, ese traje le quedaba de muerte.

- Tu también - Dije dándole un pequeño beso en los labios.

Llegamos a la fiesta y era impresionante. Había luces por todas partes y la gente no paraba de bailar. A la entrada gente borracha estaba vomitando ya como si la vida les fuera en ello. Entramos a la pista de baile y a lo lejos vi una morena con un chico alto castaño. Ahí estaban mis mejores amigos.

- Logan, Sam está allí y también Dylan, voy a saludarlos y estar un rato con ellos, ¿vale? - Logan estaba raro, no paraba de mirar a todas partes como si buscara algo, o a alguien.

- Bien, como quieras. Yo me quedo por aquí. - Estaba claro que Logan no pensaba acercarse a saludar ya que Dylan estaba allí.

Caminé hacia ellos y Sam vino corriendo, o lo que pudo, porque con esos tacones cualquiera se torcía un tobillo, y me abrazó.

- Pooor finn haaaas venidooo Maaandi - Mi amiga alargaba las palabras y le costaba pronunciarlas. Ya estaba borracha. Es increíble lo poco que tarda en pillarse una buena borrachera. - Oh, oh... - Dijo levantando la vista por encima de mis hombros.

- ¿Qué pasa Sam? ¿Quieres vomitar?

- Seeera mejoor que te girees y veaaas esoo - Dijo sin dejar de mirar lo que quisiera que estaba viendo.

Me giré y cuando lo hice no podía creer lo que estaba viendo. Logan. Logan se estaba besando con otra. Con la estúpida de Cat. La más zorra de todo mi instituto.

- No puede ser... - Dije entre lágrimas. Necesitaba salir de allí.

Por fin te encontré~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora